Por Pablo Méndez
(Aclaración: los libros que integran esta lista no se ordenan bajo ningún criterio de jerarquía, no responden a un ranking ni luchan por un podio de excelencia literaria. Simplemente son el fruto una lectura desordenada; en algunos casos, incluso, las enumeraciones se encuentran fuera de la efímera instancia de la novedad.)

1- La primera Muerte es gratis(Ayarmanot, 2017) de Hernán Domínguez Nimo. Si hay algo que la ciencia ficción delata es la posibilidad de la realidad, o mejor dicho la posibilidad de UNA realidad, o en el más arriesgado caso, las posibilidades de múltiple realidades (pero esto mejor dejémoslo para las mentes intrincadas de la Fase 4 del universo cinemático de Marvel). Los doce cuentos que integran este libro descansan sobre las bases del género pero ensortijados con el habla coloquial de estas pampas, con la seguridad de alterar la trama en pos del riesgo lingüístico. Los relatos siguen la comunión tradicional del género: road stories, distopías, incursiones en el espacio, zombis. Se pueden mencionar “La última bocanada”, “Motorhome” o “El último de los humanos” como ejemplos ineludibles.

2- Hologramas (Hemisferio Derecho, 2018) de Valeria Tentoni. Este libro es la justa representación de una memoria de lo cotidiano, la luz poética que forma visualmente los laberintos intrincados de un instante estancado en los detalles. Breves pero potente poemas, influjo del lenguaje sobre la persona. Breves destellos de la lengua que retumban en los ojos como resplandor que precede al trueno. Eso que me dijiste acerca de las mariposas/ y sus catorce aleteos por cada quince,/ que de ese cálculo roto/ en sus trayectorias/ venía una danza,/ que tropezar a veces podía/ ser también un paso de gracia. esta edición de Hologramas viene acompañada de Ajuar (2011). Valeria es también periodista y editora del Blog de Eterna Cadencia.

3- Incomodar con estilo: el exilio de Gombrowicz en Argentina (Dobra Robota, 2018) de Nicolás Hochman. Si había alguien dotado para escribir un libro como este, claramente el indicado era Nicolás Hochman. Ya como datos que la memoria trae de repente: Organizador del Congreso Gombrowicz, productor de “Contra los escritores”, y director de Witolda. Revista de la persistencia. Bajo la forma del ensayo, el autor nos guía por el periplo de exilo de 24 años que Witoldo Gombrowicz transitó en nuestro país. Dentro de esa categoría de escritor de culto, Hochman toma todos los frentes analíticos posibles para reconstruir una figura que entra en consonancia con la esencia de este país, un abanico tan imperfecto como atractivo. Recorrido imprescindible no solo como biografía del escritor polaco, también como reflexión de la obra tan inabarcable como presumiblemente compleja .

4- La filosofía de las Barbas (Godot, 2019) de Thomas S. Gowing, traducción y notas de Jorge Fondebrider. Para quienes portamos barbas desde hace ya varios años, este libro sería como una especie de revalidación histórica, una justificación estética; pero también, la oportunidad de pensar la funda de pelo que cubre nuestras caras como estrato que conjugue a la moda como un plano de significación más profundo. Este libro es justamente un intento de explicar la tradición del vello facial desde distintas variables: históricas, sociales, o incluso desde la incorrecta correspondencia de virilidad por su abundancia o la poca dignidad que significaría su escasez. El recorrido del texto recrea un mapa de los pueblos y su relación con la barba: desde los egipcios, judíos, asirios, persas, babilónicos, griegos, romanos, hasta la era moderna con los britanos y los sajones. Libro que se acomoda luego de leerlo junto a la categoría de curiosos.

5- La geometría de una Flor. Gustavo Cerati y la música electrónica (Gourmet Musical, 2021) de Gito Minore. Este es un libro que es un varietal característico de la editorial. Un material novedoso, recopilatorio, de pura investigación musical. El autor bucea por las zonas menos visitadas de la música de Gustavo Cerati. Y allí plantea la posibilidad de ese remanso musical entre discos, entre épocas, entre cambios culturales que modifican a cualquier artista. En esa búsqueda minuciosa, tanto de registros sonoros, como audiovisuales, Gito Minore nos ofrece una faceta mas de un artista cuya excelencia musical va más allá de generaciones. Plan V, Ocio, Roken, Colores santos (disco con Daniel Melero -una especie de Brian Eno argento-) y por supuesto las bandas sonoras que compuso para películas, son los ejemplos que nos muestran una carrera mucha mas vasta que la música ligera de los ’80/’90, y mucho mas cerca de una vuelta por el universo en su máxima sonoridad.

6- El uso correcto de las manos (Taller Perronauta, Colección Expositio, 2018) de Jonás Gómez. Libro de poemas también ilustrado por el autor que ahonda en el poder las manos, su trascendencia en el cosmos, su utilidad cultural, su magia invisible. Una reconstrucción dactilar en la inclemencia de la historia. En ese fetichismo poético, hay un vuelco en viceversa, el poema impreso llevado desde el adentro hacia el exterior por las manos que escriben. Todo eso y más/ se encuentra en el plano tibio y flexible de la palma,/en la curvatura y rectitud/ de los dedos y de sus articulaciones,/en la sensibilidad de las puntas de los dedos,/ en el revés que da sostén,/ en la dureza de los nudillos,/ en los bordes (que dividen uno y otro lado),/ de las manos./ Todo eso y tanto más/ al alcance de la mano. También es menester mencionar la exquisita edición artesanal de Alejandro Titivillus Reynoso.

7- Los primeros editores (Malpaso, 2016) de Alessandro Marzo Magno. Libro necesario si al mundo de las letras pertenecés. Libro fundamental que recorre los inicios en el trabajo editorial, en la Venecia del siglo XVI, donde estaba la pomada de la situación: no solo era pluricultural, también era una de la potencias económicas. La figura de Manuzio como responsable del orden práctico y estético de cada página, la aceptación de la tipografía o la invención de la cursiva como la implementación de los signos de puntuación, la Serenísma República desató la revolución de los libros, por supuesto mas baratos que los escritos a mano, que posibilitó la entrada del libro a muchos hogares. El primer Corán, el primer Talmud, las primeras ilustraciones arquitectónicas, las primeras partituras, los relatos que hablaban de la existencia de América, y una lista de primeros ejemplares que recorren las páginas de un libro que se suma al extenso catálogo sobre la filología.

8- El Sol (Dualidad, 2021) de Gustavo Ferreyra. Décima novela de un autor que gusta de alojarse en los bordes, en la desproporción, y en esa reacción expansiva es donde el relato nace. Una novela sobre los dobleces, sobre las identidades contrapuestas, sobre los huecos que en la desmesura crean incógnitas, enigmas como claves de lectura. Un espía despierta en un hospital, dos nombres lo atraviesan, un desierto lo rodea, y un par de personajes que exageran su interpretación para salirse del trabajo de reparto, interfieren en la historia asestando la cuota de absurdo, una forma de fuga del texto. Un autor que mucho tildan de complejo, y en esa abrasividad donde deja al lector sin defensa alguna, es donde nace una literatura que merece la atención plena.

9- Sanmierto (Leteo, 2019) de Emilio Jurado Naón. ¿Poema? ¿Novela? ¿O latigazo del lenguaje? El libro es todo esto y un poco más. Hay cierto grado cero de la experimentación. La maquinaria sintáctica no arrumba al género, porque el género se desvanece por sí solo. Cada palabra busca la irreverencia de su ordenamiento, un juego con el lenguaje que pone de manifiesto que el cómo es la forma perfecta de decir el qué. El autor toma la figura perenne y juega a hacerla incierta, satírica. Y en esa versatilidad de personalidades del astro histórico es donde el texto respira su propio aliento de mofa y riesgo lingüístico. Como siempre la editorial que dirigen Jorge Consiglio y Christian Kupchik propone un catálago surtido y divergente del campo editorial local.

10- Los cuentos de Linnet Muir (Eterna Cadencia, 2019) de Mavis Gallant. Estos cuentos seleccionados, traducidos y prologados por Inés Garland son el reflejo autobiográfico de una autora poco conocida. Infancia y juventud se inmiscuyen en las páginas donde se entretejen los mandatos sociales, la figuras entre sombras de los padres, la preexistencia de las clases sociales y su hipocresía, y las particularidades de una Canadá de principios de siglo. La mirada es el anzuelo que utiliza la autora para crear relatos de cierta extrañeza, mirada oscilante, disgregada por el paso del tiempo, pero potente y sin miramientos. Este libro es una manera de introducirnos una autora admirada por Margaret Atwood y Alice Munro.
(Continuará)