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Reseña #629- Mil horas antes del sol

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Por Valentina Vidal

La portada de Felices hasta que amanezca de Florencia Abbate (Emecé, 2017) es hipnótica.  Una jovencísima Hilda Lizarazu sentada arriba de dos divisiones en un baño de hombres, dando la sensación de estar saltando por encima de tres mingitorios con los ojos cerrados en un ángulo perfecto. La foto es de Enrique Abbate, fotógrafo y padre de Florencia, la autora de este libro de nueve cuentos que conforman una serie de historias, que se caracterizan por tener puntos de encuentro en un tono contundente y  dinámico.

Los relatos son en primera persona y con una prosa nítida de puntillosa claridad, lo que le da a cada historia una velocidad que toca y gana con elementos de crónica literaria.

En el cuento “Maldito kayak” narra la historia de una pareja que sale de viaje, y que a la manera Carveriana, van asimilando las luces que reflejan la agonía de lo que ya no es, por más que se intente: “Me senté sobre las frías piedras blancas, contemplaba la rompiente y sentía que algo fluía y se esfumaba, como si las imágenes de nuestra vida desfilaran por delante  de mí y se precipitaran barranca abajo, hacia la oscuridad, indiferentes como el agua. Lionel se alejaba con el kayak, su imagen se volvía cada vez más pequeña, y yo lo vi irse hasta que supe, como si al fin comprendiera el sentido del viaje”

Si hay algo que caracteriza a Abbate, además de sus habilidades narrativas, es el cariño con el que trata a cada sus personajes. Los modela desde el barro y cuando se llega al final, vemos terminada una compleja escultura que quedará para siempre en nuestra memoria. Podemos sospechar que se trata de historias autobiográficas, aunque nunca terminamos de estar seguros, porque hay una voz que cuenta y otras tantas que se descubren en mundos tan disímiles como probables.

En “La sensibilidad de nuestra adolescencia” narra el reencuentro con Sol, una ex compañera del secundario: “-No te asustes- me dijo Sol aquella noche cuando abrí la puerta. Siempre me había parecido la más hermosa de mis amigas, de una sensualidad a la que nadie podía resistirse. Y que en nuestras mejores épocas, la admiraba porque tenía un don único: transformaba los momentos insípidos de la vida, en aventuras extraordinarias.”  

La transformación es algo que Abbate ejerce con maestría, porque nos cuenta con vehemencia historias de amores, ex amores, pérdidas, drogas, travestis y corrupción política, conflictos con mucho rock and roll,  que se plasman en estas historias de gente real y a la vez extrema, voraz, de una vida bebida hasta la última gota y que representa a la perfección la frase que le da título al libro en su cuento “Esta cosa salvaje”, dónde describe a Nadia, su personaje transexual y a mi parecer el más entrañable: “De entre ese humo vi salir a Nadia, con las manos apoyadas en las caderas y la cabeza echada para atrás, parecía reír, y fue como si una mariposa desplegara en mi pecho el palpitante abanico de sus alas. -¡Vengan a bailar! –dijo- ¡A ser felices hasta que amanezca!

Es bueno saber que las editoriales siguen apostando por los cuentos, una sana costumbre de nuestro territorio y que no tenemos pensado abandonar, porque nos encanta escribirlos y nos encanta leerlos. Abbate se calza el traje y narra con humor, inteligencia y muchísima lucidez. Felices hasta que amanezca es un buen representante del género, es una pluma que cuenta un mundo y un fragmento de la historia como un sistema cerrado en sí mismo, que noquea, vence y vuelve. Que haya larga vida al cuento.

 

Felices hasta que amanezca (2017)

Autor: Florencia Abbate

Editorial: Emecé

Género: cuento

 

 

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