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Reseña #613- Sumergirse en la evasión, Aira y sus ensayos

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Por Diego Cano

 Hace pocas semanas el crítico español Jorge Carrión postulo en el New York Times (https://www.nytimes.com/es/2017/11/19/es-cesar-aira-mejor-ensayista-que-novelista/) que en César Aira “sus novelas son de carácter desigual y sus ensayos excelentes”. Tratando de no entrar en polémica con semejante afirmación, ya que lo que voy a reseñar son ensayos, y no sus novelas, creo que como géneros bien diferentes (y Aira, como veremos, justamente en este libro plantea esas leyes diferentes para ambos) esas afirmaciones sobre sus novelas caen más en el gusto estético del que lo afirma, que en una objetiva valoración, si cabe, del género en sí. Sentenciar que un género es mejor que otro (como diría Hegel, la comparación siempre es subjetiva), nos imposibilitaría absorber ese maremágnum de felicidad que tenemos todos los que nos apasiona la lectura de los textos de Aira.

Lejos de unilateralidades fuera del objeto que nos ocupa, aquí realizaré una descripción somera (para no spoilear el libro) y utilizaremos los mismos argumentos que el propio Aira nos trae sobre el ensayo, intentaré refutar alguna de sus hipótesis (pocas, por cierto).

En Evasión y otros ensayos, editado primero en España (y que saldrá dentro de poco en Argentina), Aira vuelve sobre los temas de su interés: la literatura como disfrute, el arte contemporáneo con un ensayo sobre Dalí, y una genialidad de ensayo sobre el género ensayo.

 En Evasión, su primer ensayo de este libro, Aira nos señala algo que ya viene repitiendo, la novela como una lectura que lleva al lector a “otro plano, secundario, automatizado”, como un sueño, una aventura de lectura que nos transporta a otra escena provocando la “momentánea suspensión de la incredulidad”. Estas afirmaciones dichas al mismísimo inicio deben ser tomadas con seriedad, porque desde mi punto de vista son el eje del planteamiento de Aira.

Tomando como excusa un texto de Stevenson, nuestro autor desarrolla su fundamentación a favor de la literatura de evasión. Contrapone a eso una literatura actual donde no hay conflictos, las llamadas novelas celebratorias.  “Sin conflicto no puede haber novela”, nos afirma Aira. La novela de evasión partía de un conflicto para evadirse de él. Aunque su afirmación más fuerte es: “un tema no es lo mejor que le puede pasar a una novela, porque pone todo el interés fuera del cuerpo de la novela”. Quizás aquí está la derivación lógica del planteo de la literatura como pura aventura y otro punto central del planteamiento aireano. Poner el tema por sobre el propio desarrollo literario, es ningunear a la literatura que necesitaría algo por fuera de su propio desarrollo para justificarse, para darle sentido. De ahí la evasión, la aventura, y el disfrute de la novela en sí misma sin necesidad del “tema” y la insistente y feliz proposición de la postergación del tema en favor de la pura forma literaria.

Este último punto es difícil de digerir para gran parte del mundillo literario argentino, que sigue exigiendo a la literatura, y a las novelas de Aira, un tema, una preocupación, un compromiso. Este postulado parte de no entender lo que el propio Aira nos pone delante insistentemente, aquí explícitamente en sus ensayos y veladamente en su literatura per se. Sin embargo, creo que Aira antepone a la novela que no pasa por la intermediación de la literatura, por la “narración-construcción” que “cuesta trabajo” y no es el simple contar, sólo, como su antípoda a la literatura de evasión. Me explico, creo en la existencia de literatura dónde el disfrute no sea sólo evadirse del conflicto sino que el goce también este en informarse, saciar una curiosidad, o simplemente absorber información que tenga alguna verosimilitud. Pareciera, en el planteo de Aira, que esa literatura no puede tener pretensión de serlo.

Por ejemplo, como señaló hace poco Santiago Llach, en una polémica nota (http://laagenda.buenosaires.gob.ar/post/165546153325/fuga-y-misterio), Aira se apasionaría siempre por la literatura y el arte, las otras pasiones del género humano lo tendrían sin cuidado. Una afinidad, no casual, seguramente, con la predilección de Borges por los márgenes que pareciera similar a esta predilección por la evasión. Aunque el núcleo de lo que plantea Llach merece una discusión: ¿qué tal los intereses y pasiones “de personas comunes” por el amor y la política (por ejemplo)? ¿eso no puede ser un interés genuino que se transforme en literatura? Dejemos la respuesta abierta como pregunta, que ya en sí misma encierra alguna afirmación. Lo que sí debo (cómo podría no hacerlo) señalar es que la afirmación de Aira me parece que carga las tintas sobre la importancia (casi única) del placer de la evasión, olvidando otros placeres y pasiones, tratados históricamente por la literatura, sin perder su esencia de pura forma literaria donde “el tema” quede subsumido en el desarrollo especulativo interno de la propia novela.

Y esto conecta con el segundo ensayo Un discurso breve, donde Aira nos transmite su pasión por lo enigmático y por la lectura placentera que obedece a la única ley del placer: “la libertad”. Acá Aira plantea algo en principio controvertido, el placer atado a la forma hedónica enfrentado a una lectura “útil” de instruir informar, refinar el gusto o estimular la reflexión.  En mis lecturas literarias encuentro placer cuando es informativa y, sobre todo, política o histórica, aunque también en la que puede generar una reflexión. Creo que circunscribir el placer de la literatura sólo a la que no tendría propósito (o por lo menos este propósito no sea evidente al intelecto) sesga las posibilidades de lectores que encuentran otras formas de disfrute que no sea sólo la mera evasión. Defender una lectura placentera que informe, no necesariamente va en desmedro de la capacidad literaria de la obra. Aunque debemos reconocerle a Aira que la atención prioritaria al “tema” suele perder en su calidad literaria por goleada y que por tanto “la literatura no sirve para nada que no sea ofrecer placer al lector”.

Completan el libro tres ensayos más Raymond Roussel. La clave unificadaDalí, y El ensayo y su tema.  Sólo dos líneas sobre este último. Para Aira lo literario en “la postergación del tema y en la alteración de las intenciones”. Por el contrario en el ensayo el tema está antes, “el ensayo está escrito antes de escribirse”. El ensayo, para nuestro autor, se presenta más como contenido que como una forma artística y el hallazgo del que lo escribe está en la elección del tema.

Para volver sobre la reseña de Carrión sobre este mismo libro, ahí él intenta polemizar, en lo que entiendo es una falsa polémica, pero de la que todo el mundo habla, diciendo que estos ensayos (más Continuación de ideas diversas), Aira parecería estar hablando de Ricardo Piglia, mientras que Piglia no lo mencionaría en sus tres volúmenes de los Diarios. Invito a los lectores a prestar atención al tercer volumen de los Diarios de Emilio Renzi frente al “parece” de Carrión no explícitamente encontrado en los textos reseñados (cada uno encuentra lo que va a buscar), y les aseguro que descubrirán más cotilleo, si es lo que quieren, aunque contradiciendo estas afirmaciones del crítico español. No puedo contenerme y lo diré: dejemos de hablar de falsas oposiciones maniqueas y discutamos de literatura como bien Aira plantea en estos ensayos.

Para terminar, sólo señalar que debemos coincidir con Fabián Casas (http://www.rdelibros.com/aira-autor-de-ciencia-miccion/) en que el centro inefable del relato de Aira es este: “si es arte o para que sea arte debe crear valores nuevos, no necesariamente ser bueno”.  Y este ensayo Evasión y otros ensayos es un ejemplo de novedad y aire fresco que caracteriza sus escritos con genuina pasión por la literatura.

En mi caso, leo los ensayos de Aira porque me atrae su literatura, trato de encontrar ahí formas de leer más incisivamente sus novelas, pero, como de opinión se trata, sólo es una más, y en todo caso, fácilmente rebatible. Cada uno hará su camino de lectura que más le plazca. Finalmente, esto quedó más como un ensayo, con su tema previo, que una reseña en sí misma. Es lo que hay…

Espero que puedan disfrutar de la lectura de estos ensayos pronto.

 Evasión y otros ensayos (2017)

Autor: César Aira

Editorial: Random House

Género: ensayo

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