
Por Marcos Bertorello
Aronson es una autora que hace unos cuantos años viene produciendo una obra literaria sinuosa, o mejor, en los márgenes de las luces de la llamada republica de las letras. Cuentos para no matar y otros más inofensivos (Macedonia ediciones, 2011), Poleas (Textos intrusos, 2013), Dos (Milena Cacerola, 2014), Sin ir más lejos (Macedonia Ediciones, 2014), Orden del vértigo (El 8vo loco, 2014), Lo que no se sabe (Modesto Rimba, 2016) En el hueco de lo que queda (Halley ediciones, 2018), Modos de buscar refugio (Halley ediciones, 2019) Y esa sinuosidad no tiene que ver con la persistencia, al contrario: sus libros muestran una clara pulsión narrativa que a veces coquetea con lo poético, pero nunca abandona la premisa contadora. En todo caso, dicha sinuosidad se juega muy claramente en los medios alternativos en donde ella muestra su trabajo, hasta puede ser entendido como un gesto político: lo literario vive su vibra más potente por fuera de las marquesinas enceguecedoras de los entendidos de turno.
El hábito del tiempo es un libro de cuentos que busca su filo poético en una apuesta estética y formal precisa: la brevedad de los relatos, deliberadamente, tensan la cuerda al máximo de la materia narrativa. De modo que solo queda en el paladar del lector la simple complejidad de las anécdotas. Y ese es, justamente, el otro punto en el que este libro sobresale: el dibujo milimétrico de anécdotas simples, cotidianas donde vemos las costumbres y los anhelos de mujeres y hombres que están a la vuelta de la esquina.
Tal vez por eso, entre las manos del lector, queda la sensación agradable pero esquiva de haber sido testigo involuntario de un manojo de voces que buscan sus verdades a pesar de sus desgracias.
El hábito del tiempo (2021)
Autor: Giselle Aronson
Editorial: Azul Francia
Género: cuentos
Complemento circunstancial sonoro: