Por Sandra Gasparini
Como la roca que deviene reliquia de una excursión en Bariloche de la protagonista de un relato de Una fuga en casa, el arte narrativo de Pía Bouzas encierra “todos los tiempos” que una mujer puede transitar en la experiencia. Con su voz tan íntima logra tejer en su escritura las sensaciones, el cuerpo, los recuerdos, el desplazamiento, la quietud.
Amantes, esposas, madres, novias, las mujeres de Una fuga en casa parecen no aceptar esos roles en que la sociedad pretende anclarlas. Se fugan: quiebran mandatos o los ponen en duda. Escapan hacia adentro o se van hacia otro lugar.
Los relatos de este volumen se interrumpen con maestría en momentos inesperados, fabricando finales donde el lector no los espera y debe aceptarlos: hay una voz que conduce muy certeramente ese viaje por episodios y acontecimientos cuya resolución puede hallarse ya en la escritura, ya en la empresa inferencial que se activa en toda lectura. Así, las presencias masculinas del padre y del marido en “La persistencia”, por ejemplo, juegan en un contraste que no se resuelve del todo pero acompañan profundos cambios en la protagonista. En “Variaciones”, debemos decidir cuál de las posibilidades preferimos. La espera de un llamado en “Fly Fishing” suspende el relato indefinidamente.
Desplazarse en el espacio y en el tiempo o permanecer en un lugar –y arraigarse en un presente que se desdibuja también- son dos situaciones por la que atraviesan casi todos los personajes de Una fuga en casa: se viaja hacia las propias imposibilidades o deseos (“Valizas”, “Plegamientos en el Valle de Challhuaco”, “Un largo viaje en la noche”), por geografías monumentales (El Chaltén, Challhuaco, Chihuido) o desoladoras (Cutral Có, Rincón) en las que las ciudades son casi falsos abrigos de un confort siempre engañoso, en las que las casas se parecen a cárceles (“En la habitación matrimonial”, “Una fuga en casa”, “El estanque de los cocodrilos”) que, sin embargo, no impiden la fuga hacia el complejo paisaje interno.
El espacio lo es todo en estos relatos: el desplazamiento, el aquerenciamiento, la fuga, el anclaje, la pérdida del rumbo y su recuperación, las variaciones sobre un suceso ocurrido en un mismo lugar son posibilidades narrativas que se construyen en gestos, posturas, puntos de vistas de los personajes. La naturaleza se ve y se toca en Una fuga en casa, tiene una materialidad asombrosa y se escribe simultáneamente con la afectividad de los protagonistas: sus dudas, sus miedos, sus deseos ahogados, sus mentiras y sus decisiones acertadas o no. Topología que remite a lo que vacila entre interior y exterior, ese paisaje literario habla de nosotros mismos.
Pía Bouzas, nutrida en la compleja y rica disección de lo real que ha practicado su maestra, Hebe Uhart, ha logrado una voz narrativa propia –con ecos de su voz empírica, tan plena de humor, lucidez, ironía y precisión- fundada en un trabajo ya importante con la palabra: El mundo era un lugar maravilloso (2004), Extranjeras (2011), El polaco (2013) y Un largo río (2015), entre otros volúmenes de cuentos. Una lectura para celebrar.
Una fuga en casa (2018)
Autora: Pía Bouzas
Género: cuentos
Editorial: Club Hem Editores