Por Julián Álvarez Sansone

Dice Vanesa Almada en la contratapa que el poemario Flechas que atraviesan la espesura de la noche, de Ingrid Bringas, “demanda deseo, aproxima voluntades y nos acerca con melancólico encanto a un borde dilatado de inmortalidad”. Al leer este libro, no se puede estar más de acuerdo con tal afirmación.
Este libro, editado por Liberoamérica en 2020, trabaja tópicos relevantes y diversos. Se pueden apreciar poemas que reflexionan sobre la corporalidad, la familia, el amor, la nostalgia y la melancolía.
Buena parte de la poesía de Bringas sobre la corporalidad se mezcla con pasión y calidez humana. Hay poemas inspirados en encuentros amorosos y sexuales. Bringas se abre con sus poemas para compartirnos sus secretos, mostrándonos las experiencias y los combates librados en su cama. Nos muestra también una conexión con otra mujer, nos muestra ojos que se cierran, músculos que se contraen y una piel que se eriza entregándose al placer.
Otra cuestión a resaltar es la idea de vislumbrar al cuerpo como hogar. Varios poemas hacen ver a otro como refugio, no sólo hacen ver al cuerpo en términos estéticos, como un envase descartable, sino como si en el cuerpo del otro, en sus abrazos, en sus caricias, existiera tierra firma.
Si bien es cierto que en los poemas de este libro también se puede ver lo familiar. Muchos versos de este libro hacen referencia a las maternidades y las paternidades. Hay un diálogo permanente con ambientes y encuentros filiares.
Otro de los tópicos trabajados es el de la nostalgia. En el espíritu de este libro, se puede apreciar cierta reminiscencia hacia el pasado, cierto diálogo pretérito, una evocación constante. Hay algo que se percibe en los poemas sobre el sentido de pertenencia, y sobre la desaparición de algo que se sentía y se dejó ir. En síntesis, la autora trabaja el dolor provocado por la ausencia.
Flechas que atraviesan la espesura de la noche (2020)
Autora: Ingrid Bringas
Editorial: Liberoamérica
Género: Poesía
Complemento circunstancial sonoro: