Por Cristian Maier
La minificción nos desconcierta: ¿es minificción, microficción, minirelato, microrelato, minicuento, microcuento, pequeñas reflexiones, anécdotas, chistes o pseudopoesía en prosa? ¿Todo esto funciona como sinónimo y cada quien le pone como quiere? ¿La confusión es fruto de la polisemia? Digamos que ficción es todo lo que se aleja de la realidad, pero ¿qué queda del cuento cuando se lo despoja de todo lo que lo constituye y cuando el desarrollo del personaje es apenas un bosquejo de palabras?
Le diremos minificción por arreglo de formas, ya que en el libro dice “minificción”. Pero el término no nos convence. Nos parece un eufemismo o, al menos, un problema de categorización que se convierte en una bolsa donde entra todo, excepto, por ejemplo, lo que ya venía con nombre de antes, como los haikus, los epigramas, los aforismos, etc.
En “Inés se turba sola” (Macedonia Ediciones, 2015), Ricardo Alberto Bugarín se vale, de algún modo, de esta problemática teórica, del gris profundo de la categoría, para constituir lo que podemos denominar como un “pequeño anecdotario de un mundo fantástico” del que se nos dan claves dispersas, fragmentarias, ordenadas de manera aleatoria.
A lo largo de 121 escritos breves se presenta lo extraño como verosímil, con un humor refinado —a veces a modo de chiste—, y ciertos toques de crueldad y ternura. El universo que propone el autor es cruel y tierno, a veces al mismo tiempo. Creemos que “Un susto tremendo” es un buen ejemplo de lo extraño y del chiste, “La lombriz solitaria estaba cansada de andar sola y decidió asomar su cabeza. Nos dimos un susto tremendo”, y “Justicia”, de la crueldad que se escribe con ternura: “El señor dijo: aquí está escrito. La anciana, asintió en silencio. En alto las cimitarras, se prosiguió con el acto. Vimos rodar, por la ladera, la cabeza ajusticiada. Abajo, el pueblo, se disputó la escasez de esas carnes”.
Con guiños hacia otras obras y autores, Bugarín, que demuestra ser un gran lector, le otorga a sus textos otra espesura, una especie de continuidad extravagante. No es necesario entenderlos ni encontrarlos todos para que la lectura sea posible, porque las referencias son sutiles, cifradas. Es gratificante saber que están, al tiempo que es inquietante saber que hay otras que se nos escapan.
Si lo constante es lo distinto y lo pequeño —digamos, más bien, lo entrecortado—, la juntura es un collage de imágenes, formas y estilos que abren la ventana a un viaje de fantasía con una cartografía imperfecta, sin nombre. Breve.
Autor: Ricardo Alberto Bugarín.
Editorial: Macedonia Ediciones.
Género: Minificción