Todo escribe a nuestro alrededor, eso es lo que hay que llegar a percibir
Marguerite Duras
Por Victoria Mora
La escritura poética de lo que nos rodea tiene ese efecto de lo que en psicoanálisis se llama extimidad. Una idea de Lacan que deviene de lo unheimlich freudiano: la extimidad implica a todos esos fenómenos dentro de lo familiar y cercano que de pronto se vuelven extraños o incluso toman el sesgo de lo ominoso. El misterio que García Lorca decía emanaba la poesía al juntar dos palabras de manera novedosa se revela en la poética de Bugnone al modo de la extimidad. Leer sus palabras tanto en sus cuentos como en su poesía es atravesar el misterio que tienen todas las cosas: las ciudades, sus calles, el río, los amores, los desamores, el humo, los desaparecidos, todo emana poesía. Una poesía que cala fuerte y hondo que Bugnone maneja como una orfebre. Dice Diana Bellessi en La pequeña voz del mundo: “Discernir el grano de la paja. Saber cuándo el oficio habla solo, cuándo está robándole al poema el alma. La construcción del artista implica siempre la construcción de una ética personal.”
Esta ética personal que Bugnone ha sabido conquistar. Psicóloga, escritora y música cuenta en su breve autobiografía en Hasta las seis hay tiempo, el libro de cuentos que publicó en la colección Exposición de la actual narrativa rioplatense (2016), que estas pasiones la acompañan desde chica. Su deseo de niña ha logrado abrirse camino para confluir en una pluma que refleja estos tres oficios. Sus cuentos y poesías construyen personajes y escenas que sostienen una musicalidad propia: la música de Bugnone que dice, por ejemplo, así:
Los padres, los tíos
de noche sueñan
que las tías del pasado
están escondidas
y anuncian que pronto volverán.
Las voces llenan el cuarto
y al día siguiente
se comentan entre ellos.
Leen los mismos libros que esas mujeres
pisan el mismo pasto
cantan las mismas canciones
tienen la misma madre
buscan sus ojos en las canoas cuando la luna se estampa
sobre el agua
o cuando una palabra, un gesto
se dibuja tenue, pero insiste.
(Cuando te despiertes, las chicarras, Goles Rosas)
Así, Bugnone logra que lo desaparecido haga su entrada, su literatura recrea lo perdido, lo añorado, la nostalgia se hace letra para un lector que lo agradece.
Con su libro Humo ganó el Premio Municipal de Literatura Osvaldo Soriano en Mar del Plata en 2010 los cuentos ahí reunidos recorren historias de vida de encuentros y desencuentros que retornan con nuevas formas, que se recrean con hombres y mujeres distintos pero que siempre hablan de enfrentar lo que duele, lo que se descubre, lo que se teme.
En Las primas de Villaguay (Peces de Ciudad, 2017), su novela breve escrita en una prosa que por momentos roza lo poético, recorre escenas de una infancia y adolescencia vividas en una ciudad crecida a la vera del río. Los cinco sentidos escriben desde la voz de la narradora que nos deja asomarnos a las experiencias más hermosas y más duras de lo que significa crecer. En el capítulo “Descansar de todas las cosas” escribe:
Por suerte siempre estaba el río para limar asperezas y encontrar el alivio en el agua. Y el alivio de los ojos al perderlos en un horizonte que terminaba en la República Oriental, donde el verde continuaba hasta el fin.
Depositar la mirada en lo lejos del agua equivalía a descansar de todas las cosas.
Humo (2010) Secretaría de Cultura. Centro Cultural Victoria Ocampo Mar del Plata
Hasta las seis hay tiempo (2016) Exposición de la actual narrativa rioplatense, el 8vo. Loco Ediciones
Género: Cuento
Cuando despiertes, las chicharras. Colección Botineras Goles Rosas
Género: Poesía
Las primas de Villaguay (2017). Peces de Ciudad
Género: Narrativa
Autor: Carolina Bugnone
[…] Por Victoria Mora para Sólo Tempestad […]