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Reseña #63- De cómo viajar sin escalas a un mundo sin alternativas

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Por Josefina Saffioti

Recibo Fiesta en lo de jackie, de Gabriel Caracciolo, tres días antes de irme de viaje y lo empiezo a leer y lo termino, lo subrayo con lapicito de pobre, me río molestando al compañero de asiento, abro la persiana. Hay algo de la mueca opresiva y la necesidad de que el sol nos ilumine para salir del envenenamiento agridulce por contagio solidario.

Acá no se duerme nadie, carajo. Eso es lo que gritan los nueve cuentos del libro. La sentencia que rebana, y define, la primera página del primer cuento, Ron, es la que delimita y abre el juego permanente donde la materialización del cliché es necesaria, idónea y competitiva.

¿Cuántos escritores pueden exacerbar la idea del conglomerado de adjetivos inherentes a una puesta en escena con la frente en alto? ¿Cuántos tachan y reciclan la idea del lugar común para que no lo parezca? ¿Cuántos quieren pero no llegan? ¿Cuánto hay que dejar de aparentar para empezar a ser un poco menos místicos acerca del sufrimiento?

Todos los cuentos de Caracciolo son esto que nos puede pasar a cualquiera, pero que muchos no podemos traspasar. Gozamos con las tetas de una profesora particular, tememos al gordo camionero que exige le chupemos la pija, escondemos muertos en el ascensor porque en el ropero no nos entra. Vamos a fiestas sexuales vanidosas en casas de ricos. Desconfiamos de la multitud animal. No lloramos ni somos misericordiosos. Deseamos lo que no tenemos pero no nos importa modificar conductas para tenerlo. Deseamos lo que no tenemos pero, vamos, en realidad no es para tanto. No hay tiempo ni voluntad para escapar de lo hostil y poderoso del devenir trágico del mundo: “a juntar más bolsas, a descargar más mierda”. Lo que es inevitable, se manifiesta.

Fernando Bogado latigó en un poema: “ en san martín, si te cortás te ponés la gotita y a seguir laburando, flaco”, y esta muestra de advenimiento ante lo doloroso es lo que recupera Fiesta en lo de jackie, lo que no se desvanece: una gloria de supervivencia irónica, plagada de diálogos insolentes y de a ratos hasta mezquinos.

No hay desamor ni gravedad. Caracciolo puede jugar con los lugares comunes pero no cae jamás en el sentimentalismo vacuo. Sus personajes son caballos de carrera vencidos, boxeadores de guantes colgados pero puños firmes. Fantasmas delarruistas de un presidente falso. Nos enfrenta a la gesticulación de un viejo pajero de cancha de golf bien pelotudo. Postula la maldad como inherente a la naturaleza humana, por ende, ya no maldad sino mera caracterización. No hay buenos ni malos, solamente vacíos. Los personajes de Caracciolo están donde hay que estar porque no hay tiempo para la elección ni chances porque no hay chances, solamente el aturdimiento ante la concreción irrestricta de la tiranía vital. Empujamos páginas adscribiendo a la idea necesaria y absoluta de que esto que estamos leyendo, es lo obvio incandescente. Lo que Tiene que ser.

Si quisiera opciones, no estaría acá”, dice Caracciolo en su primer cuento. Al resto nos queda leer.

Fiesta en lo de Jackie (2015)

Autor: Gabriel Caracciolo

Editorial: Textos Intrusos

Género: cuentos

2 comentarios

  1. Caru Caru

    Un comentario certero y filoso para unos cuentos memorables.
    Gracias y saludos

  2. Gracias por atenta lectura y por la precisa reseña.
    Hacen un gran trabajo interpretativo.
    Gracias Coni Valente.

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