Por Julian Alvarez Sansone
En este libro, el poeta Arturo Carrera nos brinda traducciones de los más destacados compositores japoneses de Haikus. Estos haikus y estas traducciones modelan ejercicios de lectura y de dominio del lenguaje como también la interpretación de obras literarias del Lejano Oriente, que nos permiten entretejer sensaciones y someternos a la pequeñez y al rigor de esas formas poéticas que derivan de un impulso creador de versos capaces de trasmitir los sentidos y percepciones de algún monje y poeta japonés.
Como bien explica el autor en el prólogo del libro, los haikus son poemas brevísimos de diecisiete sílabas distribuídas en tres líneas de cinco, siete y cinco; oriundos de Japón y atribuidos a su mayor artífice, el monje poeta Matsuo Basho (1644-1694).
El prestigioso semiólogo francés Roland Barthes explica en su libro El imperio de los signos que “el haiku reproduce el gesto indicativo del niño pequeño que muestra con el dedo cualquier cosa, diciendo tan solo: ¡esto!, o ¡mirá allá!
Una de las funciones de los haikus consiste en designar algo que sucede de una vez y para siempre con cierta rotundez, asombro y afecto. O, al menos, esto es lo que trata de hacer Arturo Carrera al traducir los haikus más trascendentes de cada uno de los máximos exponentes de esta corriente propia de la poesía japonesa (Buson, Chora, Issa, Fugyuko, Shiki, Onitsura, Taigi, entre otros).
Pese a que muchos críticos literarios occidentales consideren que traducir los haikus o tratar de importarlos sea un fracaso, considero que el atrevimiento de Arturo Carrera es sin duda muy valioso. Si bien es cierto que al traducirlo muchas veces la rigidez de las diecisiete sílabas se pierde, y al leerlos los haikus no parecen tener cierto “ritmo” o cierta “lírica” propia de la poesía en lengua española, el hecho de convertirlos nos permite a los lectores tener una aproximación de un formato literario diferente e, incluso, desconocido para muchos lectores.
Por último, cabe mencionar que otra de las virtudes del libro es la velocidad y la fugacidad con que se devoran estas pequeñas piezas literarias de estilo japonés. Al tener solo tres versos y alrededor de diecisiete sílabas, la lectura es amena para cualquier lector. A diferencia de otros libros, la lectura de haikus no requiere una gran concentración ni mucho tiempo disponible. El libro se compone de cuatro secciones: primavera, verano, otoño e invierno. En estas cuatro secciones, relacionadas a las cuatro estaciones del año, se presentan a través de haikus pequeños escenarios y universos asociados a la memoria, paisajes, y a escenas cotidianas de una humanidad por momentos perdida.
Haikus de las cuatro estaciones (2013)
Traducción: Arturo Carrera
Editorial: Interzona
Género: poesía