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Reseña #999,997- Los placeres difíciles

Por Pablo Seguí

Hay libros que siguen siendo promisorios aun cuando los hayamos leído una vez. Porque conocerlos no implica, para nada, agotarlos. Esto puede pasar con cierta poesía. No con toda: en la actualidad se escriben muchos versos descartables, muchos poemas de lenguaje altamente perimible. 

La fuga del infinito mordido, de Susana Cella, tiene, antes bien, de lo primero: al ir hojeándolo, al ir pronunciándolo, noté de inmediato la gran trabazón, el denso entretejerse de las palabras que lo constituyen. Me costaba saber qué decían (¿dice algo, a veces, la poesía?: como un mensaje, como comunicación; evidentemente, no), pero intuía, y eso fue notable para mí, que estaba ante cierta densidad, cierto, discúlpenme, poder de la palabra gravitando sobre sí y sobre mí mismo, y no pude menos que saber lo que di a entender más arriba: que éste es un libro que no agotaré con facilidad; que este libro, como desafío y promesa, constituye uno de esos «placeres difíciles» de que habla, entre otros, Harold Bloom. Un pequeño gran libro para mi biblioteca.

Das Kapital

No rehusamos salir al desnudo

porque nos amparamos en la intemperie que vela

con sabia mano lo que acontece en vigilia y despertar

No se van a cotizar en bolsa

nuestros los valores exigentes

Y es por tanto tanto que anudamos

sin acumulo

para dar con justa y preciada valuación

otrasí que la del menudeo

Esotros mismos nos andamos revelando,

no nos cabe la be erguida b sino la incisiva,

nos cabe la erguida b y la incisiva,

para comparecer en revelo y rebeldía

nos desnudamos voluntariamente,

pensando qué sirve para incrementar

el valor de una acción que nos salve de ser

pura mercancía.

Punctum

En tres cuartos de un cuarto

recta, suma discreta,

acontecer se amontonó

en chorreados juicios prejuicios juramentos

por nomás proferir

después de velar los tientos en la noche

hasta la primera tempranía y ¿entonces qué?

Enredo de horas y tres cuartos menos diez

Te miro todos los días en el punto de la foto

donde te tengo muy más para mí asida

y siniestrando hoyes y pasos repetidos

toco las flores secas a vos debidas

con la única certeza de que el Lucero sigue hendido.

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Acerca de Pablo Seguí (Córdoba, 1973)

Ha publicado los siguientes libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011),Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018),Noción de ritmo (Barnacle, 2019) Lizard y otros poemas (Barnacle, 2020) y Babía y otros poemas (Barnacle, 2021).

Acerca de Susana Cella (Buenos Aires, 1954)

Autora de los libros de poemas Entrevero (Sigamos Enamoradas, 2008) ,Tirante (Paradiso, 2001), Río de la Plata (La Bohemia, 2001), Eclipse (Zorra Poesía, 2005), De Amor (dientes, paredes arrugadas) (Zorra Poesía, 2006) El fondo (Barnacle, 2017) y La fuga del infinito mordido (Barnacle, 2021); las novelas El Inglés (Paradiso, 2000) y Presagio (Santiago Arcos, 2007), el ensayo El saber poético (Fac. de Filosofía y Letras UBA/ Nueva Generación, 2003), entre otros.

Publicó poemas y ensayos en revistas, capítulos de libros, antologías o ediciones en Argentina, Chile, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, México y Uruguay. Traduce literatura en lengua inglesa. Fue becaria de la Universidad de Buenos Aires (1990-1998), y obtuvo la beca de ILE (Ireland Literature Exchange), Dublín, 2007.

​Colabora en revistas y periódicos. Es doctora en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde trabaja como profesora e investigadora.

Coordina el Espacio Literatura y sociedad del Centro Cultural de la Cooperación.

La fuga del infinito dormido (2021)

Autora: Susana Cella 

Editorial: Barnacle

Género: poesía

Complemento circunstancial sonoro:

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