
Por Pablo Seguí
Hay libros que siguen siendo promisorios aun cuando los hayamos leído una vez. Porque conocerlos no implica, para nada, agotarlos. Esto puede pasar con cierta poesía. No con toda: en la actualidad se escriben muchos versos descartables, muchos poemas de lenguaje altamente perimible.
La fuga del infinito mordido, de Susana Cella, tiene, antes bien, de lo primero: al ir hojeándolo, al ir pronunciándolo, noté de inmediato la gran trabazón, el denso entretejerse de las palabras que lo constituyen. Me costaba saber qué decían (¿dice algo, a veces, la poesía?: como un mensaje, como comunicación; evidentemente, no), pero intuía, y eso fue notable para mí, que estaba ante cierta densidad, cierto, discúlpenme, poder de la palabra gravitando sobre sí y sobre mí mismo, y no pude menos que saber lo que di a entender más arriba: que éste es un libro que no agotaré con facilidad; que este libro, como desafío y promesa, constituye uno de esos «placeres difíciles» de que habla, entre otros, Harold Bloom. Un pequeño gran libro para mi biblioteca.
Das Kapital
No rehusamos salir al desnudo
porque nos amparamos en la intemperie que vela
con sabia mano lo que acontece en vigilia y despertar
No se van a cotizar en bolsa
nuestros los valores exigentes
Y es por tanto tanto que anudamos
sin acumulo
para dar con justa y preciada valuación
otrasí que la del menudeo
Esotros mismos nos andamos revelando,
no nos cabe la be erguida b sino la incisiva,
nos cabe la erguida b y la incisiva,
para comparecer en revelo y rebeldía
nos desnudamos voluntariamente,
pensando qué sirve para incrementar
el valor de una acción que nos salve de ser
pura mercancía.
Punctum
En tres cuartos de un cuarto
recta, suma discreta,
acontecer se amontonó
en chorreados juicios prejuicios juramentos
por nomás proferir
después de velar los tientos en la noche
hasta la primera tempranía y ¿entonces qué?
Enredo de horas y tres cuartos menos diez
Te miro todos los días en el punto de la foto
donde te tengo muy más para mí asida
y siniestrando hoyes y pasos repetidos
toco las flores secas a vos debidas
con la única certeza de que el Lucero sigue hendido.
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Acerca de Pablo Seguí (Córdoba, 1973)
Ha publicado los siguientes libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011),Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018),Noción de ritmo (Barnacle, 2019) Lizard y otros poemas (Barnacle, 2020) y Babía y otros poemas (Barnacle, 2021).
Acerca de Susana Cella (Buenos Aires, 1954)
Autora de los libros de poemas Entrevero (Sigamos Enamoradas, 2008) ,Tirante (Paradiso, 2001), Río de la Plata (La Bohemia, 2001), Eclipse (Zorra Poesía, 2005), De Amor (dientes, paredes arrugadas) (Zorra Poesía, 2006) El fondo (Barnacle, 2017) y La fuga del infinito mordido (Barnacle, 2021); las novelas El Inglés (Paradiso, 2000) y Presagio (Santiago Arcos, 2007), el ensayo El saber poético (Fac. de Filosofía y Letras UBA/ Nueva Generación, 2003), entre otros.
Publicó poemas y ensayos en revistas, capítulos de libros, antologías o ediciones en Argentina, Chile, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, México y Uruguay. Traduce literatura en lengua inglesa. Fue becaria de la Universidad de Buenos Aires (1990-1998), y obtuvo la beca de ILE (Ireland Literature Exchange), Dublín, 2007.
Colabora en revistas y periódicos. Es doctora en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde trabaja como profesora e investigadora.
Coordina el Espacio Literatura y sociedad del Centro Cultural de la Cooperación.
La fuga del infinito dormido (2021)
Autora: Susana Cella
Editorial: Barnacle
Género: poesía
Complemento circunstancial sonoro: