Por Julián Lucero
El fondo de la Bolsa de Mario Coco López genera una sensación muy peculiar. Sus letras te envuelven en un lugar en el que abunda el olor a cigarrillo y café, y que está saturado de la energía que sólo puede generar la competencia, la rivalidad. También te rodea de personas, que en otro contexto te importarían poco, pero que llegás a conocer íntimamente. Con descripciones cortas y eficaces, su lectura destila realismo y empapa de costumbres, tan ajenas que uno las hace propias.
Los relatos de este libro tienen el color de las historias mundanas, contadas con mucha sabiduría, empapadas de anécdotas y pequeños detalles que se identifican a través de detalles geográficos e históricos, como los que llevan al personaje de El americano a formar parte de la tripulación.
Los cuentos de El fondo de la bolsa derrochan nostalgia y circunstancias que se dejan ver a medias; como si algo demasiado humano y genuino pudiese aflorar repentinamente. “Un día de invierno” demuestra que, días en la vida de personajes, a veces, explican muchas vidas.
Mario Coco López realiza un trabajo fino cuando narra aventuras, riñas, venganzas, amores y desdichas; situaciones que trascienden o que se cortan de cuajo. Despliega su prosa sobre un mundo que conoce y colecciona huellas de bares, partidas de ajedrez, amores desencontrados o encontrados.
“Los amantes de la defensa Siciliana” traza un paralelismo entre el final de un juego, como reflejo de una pasión y la búsqueda del amor. La insistencia forjada en pequeños éxitos y fracasos resultan ser para sus personajes el sentido de la vida.
“Dos mochilas” resalta la figura de ese desconocido que es amigo y no es amigo y que puede ser tan efectivo como traicionero; esas personas que poseen una actitud o aptitud que los identifica y les permite subsistir y compartir sus estratagemas con aquellos que anhelan arrancarse de algún punto estancado de su vida y progresar.
Leer El fondo de la bolsa fue recordar las anécdotas de juventud de mi viejo, que antes me hartaban y ahora extraño mucho. Fue recordar fragmentos de Benito Cereno de Herman Melville y de El guardián entre el centeno de J. D. Sallinger. Fue pensar el cuento “El veneno” del Julio Cortázar y de las historias de provincia de Selva Almada. El trabajo que hace Mario Coco López es recomendable, su escritura es innata, un contador de historias.
El fondo de la bolsa (2016)
Autor: Mario Coco López
Editorial: Ayesha
Género: cuentos
Que bella y atenta reseña… c
Excelente libro. Muy recomendable