Por Julián Álvarez Sansone
El libro de Martina Cufré, Esquemas Floridos, es una pieza efímera y profunda. Es en cierto punto como una Mamushka, una pieza compuesta por otras piezas aún más pequeñas, entrelazadas, que caben la una adentro de la otra.
Utilizo el adjetivo efímero a consciencia, dado que el libro consta de tan sólo 15 páginas, de modo que se puede leer con atención de principio a fin en menos de diez minutos. De todos modos, en cada una de las páginas ofrece versos que demuestran la capacidad literaria de la autora, una capacidad profunda que se entrelaza con su sensibilidad: introspección y reflexión representadas en cada verso: “No se hace uno a la disciplina de los días/ si no cuida lo que vierte de sí//”.
Por momentos presenta un lenguaje combativo, por ejemplo: “lúcida/cambiaste tu arsenal/por un puñado de esquemas floridos//”. O también: “También las hijas limitamos libertades propias;/crimen de guerra deberá llamarse/cuando la guerra formal siga siendo otra//”. O la Naturaleza y urbanidad como dicotomía: “todas las sombras que en tu barrio/se proyectaban y dudaban/ cayeron durante esta tormenta//”.
Lo efímero y la brevedad parecen ser los conceptos que engloban mejor esta obra de Cufré. Los poemas son cortos y te dejan con hambre literaria. Te dejan con una sensación de gula, te dejan con ganas de querer leer más de la autora o de la editorial. Con respecto a la edición, cabe mencionar que cada palabra del poema parece estar bien ubicada, de forma milimétrica para expresar con fuerza lo que se quiere decir.
Esquemas floridos (2015)
Autora: Martina Cufré
Editorial: A pasitos del fin de este mundo
Género: Poesía
Complemento circunstancial musical: