
Por Marcos Bertorello
En la página 320, (en la mitad de este libro kilométrico), de un modo casual y hasta anecdótico, Enriquez formula la que tal vez sea la idea estética que vertebra sus múltiples partes y sus múltiples capítulos; dice: “Personalmente estoy cansada de este abuso de la identificación de tele con caja boba, me parece una homologación cómoda, perezosa, que se niega a pensar otra manera de relacionarse con lo masivo.” Y en esta idea, se puede ver, claramente, una táctica y estrategia de escritura que se plasma en la propia literatura de Enriquez (en sus libros de cuentos y en su novela) pero que se puede leer entrelíneas en estas abundantes intervenciones críticas.
Veamos.
El libro es el resultado de la edición de Leila Guerriero del trabajo periodístico de una década (Enríquez es subeditora del suplemento cultural de página 12, Radar, y colaboradora en varios medios del río de la plata). Estos trabajos, puestos así, enmarcados en el prestigio que brinda un libro, se los lee como una insistente pulsión de escritura que busca de manera deliberada, el costado más personal y por eso mismo, más bello, de la cultura massmediática: hurgar con el escalpelo de su propia pluma la perla que brilla en el fango ensordecedor de las imágenes que nos rodean y nos atontan. En ese plan, Enriquez, deslumbra haciendo un trabajo crítico de alto voltaje estético de diferentes productos de la industria cultural: actores y actrices de Hollywood (la mirada erótica y asombrada sobre Asia Argento y la milimétrica auscultación sobre la performance de Joaquín Phoenix), cantantes de música popular (el rescate de un cantante como Steven Tyler más allá de la obvia comparación con Mick Jagger, y la consideración sobre Adele), directores de cine y hasta escritores como Lovecraft o Poe. Además, cada cierto tiempo, las reseñas se interrumpen con pequeños relatos personales (siete partes agrupadas bajo el título de Mundo Privado), en donde la escritura de Enriquez asume un gesto diferente: la parodia autobiográfica sobre la vida un poco al límite y algo neurótico de una joven escritora argentina: sus obsesiones, sus fobias, sus caprichos, sus amores, sus odios, sus adicciones. Quizás sean las únicas zonas del libro en el que se deja sentir, por momentos, un cierto estereotipo social, en el que se desinfla la lectura y se desvía lo que tal vez sea el hallazgo más notable de Enriquez: la mirada estrábica que busca azarosamente en la confusión babélica del mundo la partícula insignificante de lengua que justifique por su misma irradiación, el trabajo artesanal de la escritura.
El otro lado (2020)
Autora: Mariana Enríquez
Editorial: Ediciones Universidad Diego Portales
Género: no ficción
Complemento circunstancial sonoro: