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Reseña #515- Hijas de la noche

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Por Cezary Novek

Después de su consagración como cuentista de horror, Mariana Enríquez vuelve a la novela con una pieza extraña, que se aparta del terror, el costumbrismo y el realismo sórdido de sus últimos trabajos para brindarnos un cóctel con lo mejor de sus obsesiones juveniles, más en la línea de Neil Gaiman que de Stephen King.

Éste es el mar es una novela breve sobre una casta de seres sobrenaturales que se dedican a canalizar energías colectivas para lograr una evolución personal. Fabrican leyendas del rock, inducen a los fans al sacrificio, administran el espíritu de una época al borde de la disgregación.

En algunos pasajes se elabora una posible –y poética– explicación del destino trágico de muchos músicos malogrados: Kurt Cobain, Sid Vicious, John Lennon, Jimmy Hendrix y una larga lista.  La protagonista, Helena, intuye que su trabajo con el músico James Evans –frontman de la banda Fallen– representa un desafío enorme: tal vez la última gran estrella de un género que cada día cree menos en sí mismo. Y decide romper todas las reglas regalándole un don para que sus canciones estén a la altura de su mito.

El origen de estas entidades es incierto y poco importa, ya que la trama logra esquivar las explicaciones con una elegancia que se agradece. Éste es el mar retoma algunos tópicos de su primera novela, Bajar es lo peor: los héroes románticos, la belleza masculina autodestructiva, el nihilismo juvenil, la cultura pop de los ’90, la raíz mística de la creación artística, la muerte joven, el ecosistema de la noche. Pero el mayor logro de esta novela es la voz narradora, que resulta hechizante y efectiva, como si se tratara de una banshee etérea que nos susurra su historia antes de desvanecerse para siempre.

Éste es el mar (2017)

Autora: Mariana Enriquez

Editorial: Random House

Género: novela

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