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Reseña #800- Expediente Godot: La edición como catapulta del pensamiento

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Por Pablo Méndez

Libros de grandes pensadores, escritores y críticos punzando sobre temáticas específicas, incluso literatura de ficción. Una lectura rápida al catálogo de Ediciones Godot demuestra no solo el riesgo a la hora de publicar, también un cuidado en lo estético como cuna de primeras traducciones en el país, autores rescatados y reediciones de clásicos del pensamiento contemporáneo. Nacida en el 2008 ya cuenta con aproximadamente 90 títulos. He aquí apenas un muestreo de sus publicaciones, cinco títulos que desde su heterogeneidad, definen el perfil de una editorial de nicho que abre caminos en la ardua tarea de introducirse en la reflexión.

1- Literatura de izquierda es un clásico contemporáneo en materia de discusiones sobre literatura argentina. Escrito por Damián Tabarovsky, este ensayo zarandeó el avispero del campo literario/cultural (como les gusta decir a los sociólogos, según Tabarovsky). En el marco post 2001, donde cualquier pretensión de futuro en cualquier área podría verse como una escarcha apocalíptica que no desentonara ni un ápice de la distopía mas exagerada, Literatura de izquierda se convirtió en un libro que delimitó conceptos centrales como “vanguardia”, y sobre todo la distinción y movilidad de “mercado” y “academia”. Esta reedición de Godot permite focalizar nuevamente el debate con el propósito de entender ese lejano campo literario de principio de siglo con el terreno de juego actual. Tabarovsky dice y nos deja como pancarta temática: “Mientras que el mercado y la academia escriben a favor de sus convenciones, la literatura que me interesa -la literatura de izquierda- sospecha de toda convención, incluidas las propias. No busca inaugurar un nuevo paradigma , sino poner en cuestión la idea misma de paradigma, la idea misma de orden literario, cualquiera sea ese orden”. En pocas palabras una literatura que no pretende asimilarse al inevitable mundo de la influencias o las tradiciones, una literatura sin público, una literatura para nadie, una literatura dirigida al lenguaje. Si bien el libro no tiene la intención de hacer un raconto de los cánones y contra cánones de las décadas inmediatamente posteriores las menciones son inevitables en forma de grupos: Fogwill-Libertella-Aira, Guebel-Chefjec-Bizzio, la trova pop de los noventa como rémora de la cultura menemista, o Los jóvenes serios decantados de lo exagerado de la Generación X autóctona. Martín Kohan en el prólogo dice que todo lo que interviene en este libro comprende la esencia del manifiesto. Y así el libro despliega en cada capítulo con una asonada argumental  que cachetea al paradigma imperante en su más exclusiva definición: la perforación del lenguaje de Copi, la abstracción como modo radical de concebir el arte y la cultura, la literatura opuesta al consenso, el punto de partida donde el estilo se vuelve un exceso y la necesidad conservadora de podar la complejidad. Hay una frase que bien podría englobar las manifestaciones del libro y ayudar al reseñador a concluir los comentarios de Literatura de izquierda: “Ese sin lugar es el sitio de la literatura de izquierda, allí imagina la comunidad inoperante. Desde ese sin lugar, habla: es el escritor sin público”.

2- Angustia de Renata Salecl, publicado el año pasado, traducido por Márgara Avervach, tiene un subtítulo-copete-bajada-pirulo tan categórico que invita a una lectura inmediata: Una sociedad sin angustia sería un lugar muy peligroso en el que vivir. A partir de allí, el planteo de la filósofa eslovena desmenuza uno de los aparatos más eficientes del capitalismo: el discursivo. Tanto político como mediático, las formas del discurso con respecto a la angustia del ser humano, se sostienen desde un lugar donde el sentido del bienestar es un acto individual, basado ciertamente en la confección idealista del capitalismo, sin dejar de mencionar la suerte de placebos que ofrece para compensar cualquier desequilibrio. En esa suerte de latencia angustiosa es donde el poder queda indemne de cualquier desafío. El libro se fundamenta en esa lógica del pensamiento contemporáneo donde el poder, mediante distintas operatorias (desplazamientos discursivos, sistemas de producción fordistas de la cultura, manuales obligatorios de consumo), construye comportamientos adormilados. La enumeración resulta inevitable, un catálogo de angustias se escalonan arponeadas por el contexto de época: la maternidad, el amor, la guerra. En ese entramado de disciplinas (la psicología, la filosofía, la política, la comunicación) se explica un pensamiento que rodea la concepción del libro y que relata en el capítulo 3: “El éxito en el fracaso: el hipercapitalismo se apoya en los sentimientos de inadecuación”. Hay que dejar constancia que el avance tecnológico propicia e impulsa los sentimientos de miedo y ansiedad. La velocidad de las comunicaciones, las interacciones virtuales con sello realista, las redes sociales como campo de batalla de las miserias individuales, son ejemplos indiscutidos de los métodos de control reconvertidos en diamantes de la innovación digital.

3- Eduardo Rabasa, con Cinta Negra, segunda novela del autor publicada por Godot, nos adentra a través de la ficción en el mundo encapsulado que impone la superación capitalista. Ya en su novela anterior, La suma de los ceros, había creado un hipotético escenario donde las enmarañadas ambiciones políticas eran el centro de una metáfora sobre el sistema. En esta nueva novela, abrasiva y con el doblez de caracterizar a un persona en las profundidades de sus propias sombras, entran en un despiadado juego las dimensiones del aparato empresarial, los sentimientos de competencia, el verticalismo como mano de obra de la conciencia, el anhelo por llegar a la cúpula de la jerarquía. Una alegoría que pinta las formulaciones de la más peligrosa religión existente: el mercado laboral y sus derivaciones fundamentalistas. El arco narrativo es potenciado por un elenco de personajes secundarios cuyas excentricidades potencian el tono cómico de muchos pasajes de la novela. En esta sátira, el personaje principal,  Fernando Retencio, deshoja con rasgos de grotesco, el ascenso social y las ansias de superación personal con la doble intención de escalar en lo profesional tanto como la pendiente de lo espiritual, máscara irredenta de la turbia respiración del capitalismo salvaje.

4- Raymond Williams, fundador de los estudios culturales y perteneciente a la Escuela de Birmingham, de la que la sociología y las ciencias de la comunicación se han nutrido, responsable de desfibrilar el pensamiento marxista a través de diversas obras como Marxismo y literatura, Campo y ciudad o Cultura o sociedad, vuelve a los estantes de la crítica del pensamiento a través de la publicación de La política del modernismo, rescate por parte de Godot que no llegó a ver la luz en su momento por el fallecimiento del intelectual galés. Los temas principales del libro descansan en las obsesiones del autor a los largo de su vida: la tecnología cultural, la vanguardia, el populismo, el posmodernismo como continuador del modernismo, el consumo cultural de la masa metropolitana en las venas de la burguesía. Compuesto de breves textos y notas de las conferencia que dio antes de su muerte, el libro se inclina a una base teórica donde se plantean una crítica al vaciamiento político que el posmodernismo le provoca a las vanguardias rupturistas. Y sobre todo la condición de que cualquier análisis no esté alejado de la vida concreta. Con traducción de Constanza Gho, este volumen publicado por primera vez en el país ofrece una capa más para entender la actualidad a partir de reflexiones que ya tienen varias décadas. La política del modernismo también incluye una conferencia inédita en conjunto con Edward Said.

5- Vamos por partes: Stanislaw Lem es autor de la monumental Solaris, quizás muchos la conocen por la versión cinematográfica, también enorme, de Andréi Tarkowski, otros quizás por la versión yanki de Steven Sodebergh. Esa fascinación por la ciencia ficción por supuesto hizo que plasmara su visión a través de distintos trabajos ensayísticos sobre tecnología, ciencia, y futuros posibles. Casi 500 páginas determinaba que la “Summa” del título es un concepto por sí mismo. La cantidad inusitada de letras indica no solo la propensión para entender un universo que muta a través de los avances técnicos sus posibilidades infinitas. Por supuesto, esa tecnología no es vista como un aspecto crítico sino como una evolución de la condición humana, Lem la toma como parte de la naturaleza. Sus novelas siempre ahondaron en las tribulaciones psicológicas de los personajes alrededor de la estricta vigilancia del orden científico. Llamar libro de ensayos a este volumen quizás es un reduccionismo, las especulaciones que se esparcen tienen una sombra de narrativa, producto de la inventiva de un autor de orden fantástico. La puja del hombre contra el efecto probabilístico de la naturaleza es la tensión permanente que impera en el libro, cuyo resultado figura un resultado sin ganadores. Aún así las predicciones de Lem, no se alejan la capacidad creadora que no abandonó aún con la intención del más puro ensayo. Todas su proyecciones recaen sobre todo en un presente, mas allá de la esencia futurista.

Estos cinco libros publicados en los últimos dos años representan la heterogeneidad de una editorial que en cada una de sus publicación trae consigo una sorpresa. En esta casi mitad del 2019 con algunos libros ya publicados, los próximos lanzamientos ponen de manifiesto las distintas variables editoriales que sostienen para no correrse de la identidad que supieron conseguir a través de los años: Caminantes, segunda de edición ampliada de Edgardo Scott, Guerra, tecnología y fascismo de Herbet Marcuse, Generar a Dios de Massimo Cacciari y Molloy y Malone muere de Samuel Beckett.

Literatura de izquierda (2018)

Autor: Damián Tabarovsky

Género: ensayo

Angustia (2018)

Autora: Renata Salecl

Género: ensayo

Cinta negra (2018)

Autor: Eduardo Rabasa

Género: novela

La política del modernismo (2017)

Autor: Raymond Williams

Género: ensayo

Summa technologiae (2017)

Autor: Stanlislaw Lem

Género: ensayo

Editorial: Godot

 

 

 

 

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