¿De qué manera ataco con palabras
cosas tan delicadas?
Circe Maia
Por Flor Codagnone
Hay en Afasia, el primer poemario de Danila Goggi, exactamente eso: un lenguaje perdido, transformado, imposible. Hay, también, un más allá: la posibilidad de un lenguaje en lo perdido, en lo transformado, en lo imposible. Hay la posibilidad de una voz poética, de una voz que surge casi como un ejercicio filosófico, como un juego constante de extrañezas. Una voz que dice en la pregunta (“¿Quién eterniza si rasgo el silencio?”, “¿Quién colecta la ida del curso?”, “¿Qué no hay?”, “¿Qué es lo real?”) y que afirma (“Recordar fue el principio de otro accidente”). Entonces, una voz imposible. Ominosa, porque algo en ese decir afásico parece, al mismo tiempo familiar y tremendo. Un balbuceo (“Sea cerca donde nazca. /Sinuoso el asaz” o “boro. cloro. cromo. Bromo”). Una voz como lágrima.
Hay en Afasia un filo.
Un desgarro.
Algo que rasga y sangra y que ha dolido tanto que hoy puede ser dicho a media voz, con los hilos de la palabra. Y si duele es porque hay en este poemario un cuerpo. O,mejor, la intención de un cuerpo, o las de sus partes ajenas, mutiladas, “extensiones del cuerpo”. Son constantes las referencias a lo somático: las manos, la garganta, los golpes, la piel, la asfixia, los cortes, los desgarros, los ojos, el frío, el vacío, el barro, los latidos, las venas, los huesos, las caricias, las lágrimas, el aliento, las ideas…
Y es que un decir de esta tesitura, una voz que juega al filo del lenguaje y de lo imposible, no podría darse sino entre fragmentos del cuerpo, entre sus heridas, en la hendidura. Dice la voz poética: “Escucha: / Lo que no se escucha” y hay, en esa aporía, un buen resumen de lo que puede encontrarse entre estas páginas.
Afasia (2015)
Autora: Danila Goggi
Editorial: modesto rimba
Género: poesía
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