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Reseña #965- La religión como elucubración de la infancia

un judio 2

Por Alan Ojeda

En 2016, Juan Pablo Gómez publicó Instinto domiciliario, una breve novela que exploraba las posibilidades de un amor en descomposición. Con una narración clara y sencilla seguíamos paso a paso el delirio del personaje principal, la decadencia y la obsesión de conservar el cadáver de su novia muerta como el último resto del amor. En esta ocasión, Un judío amateur cambia el tono siniestro por uno un poco más naif para construir una bildungsroman particular: ¿se puede aprender a ser judío? ¿cuáles son las alianzas necesarias para que un joven niño desesperado por sobrevivir y ser exitoso pueda devenir judío?

Un joven tartamudo vive con su madre y “el ingeniero”, un hombre judío que es un padrastro bastante poco afectuoso y que lejos está de reemplazar esa figura borrosa pero idílica del padre muerto. Estudiante mediocre, con problemas de dicción y problemas para socializar, no encuentra consuelo en nada. Su tartamudeo no mejora, su predisposición a una posible “cura” tampoco. Sólo le interesa sobrevivir a los problemas que pueden generarle su pequeño defecto. Frente a todo eso, algo aparece frente a sus ojos como una posibilidad de salvación: ser judío. Pero no lo es, tampoco sabe qué es un judío, qué hace, qué cosa los diferencia del resto de las personas y por qué parecen gozar de un estatus particular en la boca de otros. A sus ojos es un mundo nuevo, incomprensible y poco definido.

Una reunión con la acaudalada familia judía de “el ingeniero” le produce una revelación. Ser judío debe ser, salvo la excepción de su padrastro, un camino al éxito: negocios, mansiones, vacaciones y lujos. Para este niño, ser judío es sinónimo de dinero, de habilidades intelectuales lejanas para él y de un prestigio que por ahora desconoce. Pero como la premisa es incorrecta, los resultados del aprendizaje también lo son. La esperanza de una vida mejor obliga al pequeño personaje a equivocar las señales. Intentará hacer lo posible por lograr ganarse su judeidad, incluso estudiar en la ORT, esa escuela especial que podría condenarlo al éxito.

Pero, nuevamente, ¿qué implica ser judío? El personaje desconoce el valor de los ritos, de la lengua, de la cultura religiosa. Todos esos signos le parecen superficiales y extraños, sólo elementos necesarios para lograr obtener su título de judío honoris causa. Asume que al ser una cultura que tiene miles de años más que la suya, eso les debe haber dado una gran ventaja sobre los negocios, porque ellos saben más. Frente a cada intento de lograr su nueva identidad, de ser percibido como un judío, encuentra una nueva distancia, una imposibilidad de ser asimilado. Tampoco puede ser Primo Avi, el falso judío joyero de Snatch: cerdos y diamantes, que hace de la judeidad una performance lucrativa, porque carece de esa consciencia del simulacro. Este pequeño judío amateur busca adaptarse a un entorno que lee mal constantemente, busca captar una esencia que se fuga frente a sus ojos una y otra vez. En este sentido, Juan Pablo Gómez juega con la limitada construcción imaginaria de un niño y logra mostrar cómo se construye un estereotipo, cómo el deseo, pero sobre todo la desesperación, nos obligan a leer de forma equívoca, depositando expectativas en otro constituido puramente de nuestros fantasmas.

La narración de Un judío amateur logra meterse en las elucubraciones de la infancia y construir esa voz necesaria para presentarnos lo incierto y confuso que es el mundo cuando todas las posibilidades parecen haberse agotado tan tempranamente. Más meritorio que eso es haberlo logrado sin idealizar la infancia, sin cargarla de la moral de la infancia pura. La mediocridad del niño conmueve y genera rechazo en igual medida. Nos conmueve porque rápidamente imaginamos el fracaso de su empresa, pero el rechazo se hace presente en igual medida por la chatura de sus expectativas, de su falta de visión. No es Julian Sorel de Rojo y negro, que lleno de ambiciones emprende el megalómano proyecto de doblegar la voluntad de toda la aristocracia, cosa que logra con una inteligencia descomunal y maquiavélica. Este pequeño nunca deja de reconocerse mediocre, y se ve incapaz de superar esa mediocridad. Todas sus expectativas están en algo externo, en la conversión, en los contactos y en la misteriosa institución educativa de Yatay custodiada hombres de seguridad.

Un pequeño rayo de esperanza atraviesa brevemente la novela, la breve aparición de un psicólogo que le dará al niño la posibilidad de hablar. Él único pequeño momento de éxito personal del personaje estará signado por esa experiencia, por la posibilidad de reconocer la necesidad de vivir en el mundo de los presupuestos y asumir que nada de lo que desea podrá construirse en la pura alienación de la fantasía.

Un judío amateur (2019)

Autor: Juan Pablo Gómez

Editorial: Santiago Arcos

Género: novela

 

Complemento circunstancial musical:

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