Por Julian Alvarez Sansone
Este libro de Martín Gordillo comienza con el prólogo de Leandro Gabilondo que describe a la obra por una lado, y al autor y su amor por Racing Club de Avellaneda por otro. Gabilondo afirma que en “El Jardín de los amores imposibles” los versos insisten con una posición que determina un mundo específico, y es “el aguante” al amor.
El libro se construye a partir del amor y sus manifestaciones. En cada poema, en casi todos los versos, el amor aparece de forma creativa y original.
La obra estaría dentro de una corriente romántica, urbana y contemporánea, en la cual Gordillo se siente muy cómodo.
El factor urbano se hace presente en muchos de sus poemas; por ejemplo, en el poema “A tiempo” (página 17), el autor menciona: “Vos sabés, mucho menos /cuando el amor nos llega así /como un container Hamburg Sud /a Puerto Madero”// . En otro poema (56, página 40), Gordillo escribe: “Veo a dos personas/bajarse del 56/ al borde de la autopista/ mientras el colectivero/ escucha/ “una nueva noche fría en el barrio”/ en un radiograbador viejo”//.
En esta obra, el autor destaca su maquinaria poética: metáforas al servicio de la contemporaneidad. Por ejemplo, en el mismo poema recientemente citado (56), el autor escribe: “La Dellepiane/casi vacía/ a las tres de la mañana/ con la esperanza/ disfrazada de SUBE en menos quince/ y nuestro corazón/ haciendo dedo/ con ganas de irse/ a ningún lugar//; En “Unión” (página 82), Gordillo postula: “Para mí el despecho/ es una de esas/ salidas de moda/ para los que se aburren de amar”// y en “Por amor a una mujer” (página 95), escribe: “a menudo/estamos en una cárcel/ sin cerradura/ pero con miedo/ a ser libres//”.
Uno de los aspectos a resaltar es el vocabulario empleado en los poemas, el cual se caracteriza por no ser grandilocuente ni sublime. No obstante, es preciso y popular. En “Lugano Mojado” (página 83), Gordillo escribe: “la ignorancia de todos nosotros se hace cargo/ y el mundo se hace el gil/ mirando para otro lado//”; en “Banquémonosla” (página 29), Gordillo menciona un “chumbo vacío”, y “argumentos de call center”; en “ControlZeta” (página 45), Gordillo escribe que “no hay oscuridad que cope la parada cuando mostrás los dientes” y que “la felicidad mandibulea de abstinencia”; en “De a dos” (página 53), expresa: “vamos a hacer durar ese abrazo/justo cuando el mundo se ponga la gorra//” y “vamos a hacer durar ese abrazo/para que los ortivas del amor tengan insomnio de noche//”.
En pocas palabras, Gordillo respira el aire distintivo del conurbano, donde las palabras se escriben con pulso latente. Como si cualquier cosa podría pasar. Hasta el amor.
El Jardin de los amores imposibles (2018)
Autor: Martín Gordillo
Editorial: Peces de Ciudad
Complemento circunstancial musical: