Por Pablo Méndez
La mitología de la juventud se basa en arquetipos que se masifican a través de la circulación de la información. Un medio de comunicación, soporte de la distribución de hechos culturales paradigmáticos, representa un cuadro de época que con el tiempo puede volverse fidedigno o más cercano a la ficción de intereses dependiendo de las variables que intervienen. La historia del periodismo gráfico presenta varios ejemplos de esto. La modernización del periodismo: de la narrativa, del diseño y del punto de vista, es clave a la hora de afrontar el análisis de una de las publicaciones más resonantes de la historia del periodismo.
El libro Estación imposible. El Expreso Imaginario y el periodismo contracultural (Gourmet Musical Ediciones, 2016) de Martín Graziano y Sebastían Benedetti, analiza la génesis y el desarrollo de la revista de cultura joven El Expreso Imaginario, bastión del que se formó toda generación ávida de cultura joven. Su aparición en el comienzo del último y mas sangriento gobierno de facto, abre un abanico de análisis indispensable para entender las condiciones de producción de una revista y las variables sociales y políticas que intervinieron en su evolución como medio de comunicación. Un racconto de sus tres etapas donde el tratamiento de nuevos temas y ferviente fuerza de trabajo que pasó por sus páginas y que con el tiempo fueron importantes plumas del periodismo, pone de manifiesto las razones del por qué se convirtió en objeto de culto.
Con una estética que se alejaba del formalismo periodístico, El Expreso Imaginario, traspuso los márgenes habituales en los que las publicaciones de esos tiempos se limitaban. Puso sobre la mesa de interés tópicos con una clara herencia en la los modismos del hippismo: la filosofía oriental, la exposición de lo nativo, un acercamiento al ecologismo y, por supuesto, la vanguardia musical. De este último punto cabe destacar que la vida de El Expreso Imaginario coincidió con la eclosión de música que funcionó de bisagra de lo que se iba a escuchar en la década del 80 y principios del 90: Imposible no relacionar el post punk y el new wave con bandas como Mazzy Star y Primal Scream muchos años después.
Punta de partida de lo que más tarde harían publicaciones como Cerdos & Peces (extensión de la última y más lisérgica etapa de El Expreso), la innovación en la narrativa donde el punto de vista se centraba en el propio periodista, fue una marca imitada sin ruborizarse por la siguiente generación de trabajadores de la información. Las editoriales, las reseñas de discos fuera de la agenda comercial y la carta de lectores fueron el eje en el que se afianzaría el contrato de lectura.
De las tres etapas se pueden mencionar a Pipo Lernoud, Jorge Pistocchi, Alfredo Rosso, Claudio Kleiman, Fernando Basabru, Sandra Russo y Roberto Pettinato como referentes de este ícono mediático. Muchos de ellos luego trascendieron en la maquinaria periodística. Protagonistas de un anecdotario que pone a prueba a todo el que haya leído la revista: un libro-objeto que afecta la sensibilidad coleccionista de todos aquellos que intenten en sus páginas r invocar al dios de la nostalgia.
Estación imposible. El Expreso Imaginario y la contracultura periodística (2016)
Autores: Martín Graziano y Sebastián Benedetti
Editorial: Gourmet Musical
Género: Non fiction