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Reseña #615- Un libro no arregla la vida

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Por Marcelo Rubio

El teléfono suena en la madrugada. Es una amigo, necesita verme en el bar San Bernardo, “Venite ya, es fundamental” dice y corta. Me visto apurado y salgo. La noche siempre es misteriosa, el está sentada junto al ventanal, al verme sacude su mano. Cuando me siento, sin preámbulos, me entrega el libro Las cosas que ser arreglan solas. Apenas murmura “Tenés que leerlo”. Se levanta, amaga con pagar su café y le digo que yo me ocupo. La veo irse. Hago un gesto al mozo para que traiga la cuenta y cometo el error de comenzar a leer el libro. Ya no volveré a dormir, no me iré de ese bar hasta no haber terminado la lectura. Groisman presenta diez relatos, todos ellos de gran nivel, no son desparejos son impecables, la tristeza, la desgracia los atraviesa. La prosa es elegante, Valeria no abusa de adjetivos, arma universos donde el lector ingresa sin esfuerzos, y de los cuales, al salir, ya no se es el mismo.

Groisman utiliza distintas voces para narrar, desde un niño, pasando por una mujer o un hombre. Cada una de ellas tiene el tono adecuado, el manejo del lenguaje justo que permite comprender al personaje sin necesidad de advertencias o grandes descripciones. Las historias son poderosas, con un desarrollo preciso y finales contundentes. Un niño desafiando a un león, un bañero adicto a los fármacos, la muerte de una nadadora, un  avión que cae en el jardín, una chica paralítica que debe soportar a su madre. Estos son algunos de los temas que se pueden disfrutar en Las cosas que se arreglan solas.  Frases como: “Empezó a morirse, pero no terminaba de morirse nunca”, “Lo miro uno por uno fijamente, como antes miré al león y sus miradas me devuelven tragedia”, “Si hay algo que aprendí de mi madre es imponer el deseo propio en la cabeza de otro como si fuera suyo”, son un muestrario de la medida de narración. Uno avanza en la lectura y contiene el aliento, tal es la tensión que Valeria le impone a sus cuentos. Cada historia nos deja pidiendo más. Groisman tiene, entre otras virtudes, la de tocar temas incómodos con absoluta naturalidad y tener al lector atrapado hasta el final.

Llamo a mi amigo, pero él no me deja hablar, dice “Ahora te toca a vos hablar con un amigo y convidarle con este libro”.

Las cosas que se arreglan solas  (2017)

Autora: Valeria Groisman

Editorial: Mulita

Género: cuento

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