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Reseña #673- Reconstruir la identidad

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Por Coni Valente

El legado es algo que uno deja, la forma en la que alguien desea ser recordado, y por lo general va más allá de algo material, aunque bien podría serlo. ¿El legado es algo bueno? ¿Es siempre algo que uno elige? Laura Haimovichi desanda aquí el camino de una mujer buscando esa semilla familiar que le fue negada. La voz principal es una adulta que alguna vez fue niña, y tiene un recuerdo muy vívido de su infancia: no poder mencionar a su abuelo Aaron, ya que eso desataba en su madre largas crisis depresivas.

“Aaron. El suyo era un nombre maldito…”, así la autora pone en la primera oración de la novela lo que será un misterio de orden genealógico. La historia aporta datos precisos y la narración se construye de forma ordenada: al principio conocemos todo lo relacionado a ese abuelo lejano, luego lo que viene asociado a la madre de la niña y terminamos elucubrando sobre lo que todo eso que ya conocimos  dejará en el futuro. La autora utiliza la primera persona haciendo que el tono general de la novela sea intimista y ameno; da detalles de cada situación, hace jugar a personajes circunstanciales según el momento histórico del que nos esté hablando y documenta el relato con fotos y manuscritos que podemos ver en el libro. Todas estas características hacen creer también que ese abuelo y esa niña no son más que Laura y su propio abuelo.

Aaron fue escritor, periodista y loco. En cierto momento de su vida tuvo una hija que se volvió militante política y a su vez, luego tuvo una nieta curandera. Esa nieta es la que nos comparte aquí su experiencia con ese fantasma que se volvió más cercano el día que cumplió dieciocho años y su madre le abrió las puertas a ese pasado velado, entregándole fotos y cartas de su padre. Ese acto inaugura la trama de esta historia: eslabones familiares unidos por un alto nivel de miedo y silencio. Lo que atraviesa toda la historia es justamente eso, lo que Aaron dejó a todos sus descendientes: el inmenso temor de heredar su locura. Ese terror sobrevuela la narración, el terror de esa niña y que se convierte en el temible legado que hasta su bisnieta ve aparecer en el horizonte con su extraño poder de mover cosas con la mente. Pero más allá de que ese silencio ensordecedor que nuestro personaje central intenta volver voz es el hilo troncal de la trama, también hay algo de trasfondo ligado a la historia del judaísmo en nuestro país y a todo lo relacionado a las cuestiones migratorias. Sin embargo, Haimovichi hace pesar más esa búsqueda de identidad que se desprende de las secuelas que fueron heredadas generación tras generación y con su catártica novela intenta convertir ese legendario recelo en algo más enriquecedor para su propia hija, trata de no perpetuar ese legado, pero solo conociéndolo puede combatirlo y eso hace Laura con este libro.

Hay una frase hecha que sea se acomoda perfectamente: “Lo que no decimos no se muere, lo que no decimos nos mata”. Y en virtud de esquivar esa muerte, la nieta de Aaron se encomienda a desandar la historia que pesa como espada de Damocles sobre sus hombros, que vio fisurar a su madre y que no quiere ver lastimada a su hija.

El legado de Aaron es una novela corta que se siente bien leer, con una rítmica justa que no aburre ni agobia. Es una historia cargada de emociones genuinas y de intentos de escape de un destino presuntamente marcado.

El legado de Aaron (2016)

Autora: Laura Haimovichi

Editorial: Ayesha

Género: novela

 

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