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Reseña #417- El juego no terminó

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Por Coni Valente

Conocí a Santiago Soler en un libro de Alejandro Soifer y desde allí comencé a desandar el camino de su trayectoria en los libros de Gastón Intelisano, verdadero creador de este detective porteño.  

Principio de intercambio es una nueva aventura de este pintoresco personaje. Pese a que Soler tiene un peso enorme en las novelas de Gastón, sobre todo por haberse convertido en la estrella, su protagonismo no tapa en absoluto lo que se relata, no lo deja en segundo plano ni lo minimiza de ninguna manera. Punto para Intelisano.

Cada capítulo nos  develará los misterios que encierran las huellas sembradas por el asesino y los procedimientos técnicos necesarios para desentrañar las verdades ocultas tras las heridas. Al ser Intelisano forense, el lenguaje utilizado no se siente forzado ya que fluye naturalmente en su vocabulario y eso incrementa la credibilidad de la historia.

Si en la novela anterior de esta saga Error de cálculo la premisa del autor fue que “la escena del crimen refleja la personalidad del asesino” aquí es que “el asesino siempre se lleva algo de la víctima y viceversa”.  Hago alusión a esto no solo porque de eso se trata el título de la novela, sino porque quiero alardear de que me ilustré al respecto: Edmond Locard fue el padre de la criminalística y él fue quien acuñó la teoría que contiene el postulado. Y sí me documenté aunque en la segunda página de la novela Intelisano hace referencia a esta transferencia siempre presente en los homicidios.  

Santiago Soler debe enfrentarse en este relato a peripecias más grandes que en los anteriores libros. Los asesinatos son tres y están separados en tiempo y espacio, con lo cual la búsqueda de pruebas que los unan será gran parte de la trama. En el medio, no solo aparecerán nuevos personajes sino también pequeñas trampas que el detective deberá sortear.

Intelisano se encarga de que en la narración haya el justo equilibrio entre ficción y realidad, y ese nivel de detalle en cuanto a lugares, horarios, números de expedientes, etc refuerza la credibilidad sin ahogar el mundo inventado.

Los tres femicidios que aborda Soler en Principio de intercambio son el de Daniela, Alicia y Matilde. El tronco de la historia que Intelisano pone frente a nuestros ojos va por la interrelación de las tres protagonistas, sin embargo y como siempre, le sigue poniendo escenas a la vida privada de Santiago y a estas alturas, como lectora, podría decirles que cierro los ojos y lo veo entrando a Tribunales o saliendo de alguna comisaría. Me lo imagino con sobretodo color caqui y anteojos negros, no sé, así pasa con los personajes de tanto peso, supongo. Claro está que lo que no es trabajo en la vida de un tipo así, se le parece bastante.

Todo el libro parece una película, todos los libros de Gastón parecen una película. Estoy convencida que la forma en la que escribe hace que las imágenes vengan naturalmente a nuestras cabezas. Los fotogramas van avanzando con velocidad y si bien el tiempo del relato no es tan veloz, al leerlo la sensación es de vértigo. Y como toda buena novela concluye con un final inesperado y abierto. Dada la última frase del libro, diría que Intelisano tiene planeado seguir deleitándonos con la estrepitosa vida de Santiago Soler.

Todos mis condimentos predilectos otra vez reunidos en Principio de intercambio y sin defraudarme, una vez más, Gastón me deja con ganas de seguir leyéndolo y eso definitivamente es un mérito.

 

Principio de intercambio (2016)

Autor: Gastón Intelisano

Editorial: Autores de Argentina

Género: novela

 

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