Por Marcelo Rubio
Los universos se pueden armar de muchas formas, a veces no se necesita de grandes estructuras. En la novela Tornú, Ana López, utiliza una historia mínima para contar el dolor, la pena, y la muerte. Una internación es la excusa para recorrer ese viejo hospital, sus fantasmas y su historia.
Cada fragmento de la novela nos muestra una prosa concreta, que no abunda en adjetivos innecesarios, capaz de darle el valor que cada palabra necesita. López logra, con sencillez, meternos en la piel de los personajes, no necesita de frases rimbombantes, ni descripciones intensas. Las acciones definen a cada protagonista y ahí radica la calidad de Ana como escritora.
Ese mundo de hospital, donde nos conduce Ana, está dividido entre los que acompañan a los enfermos esperando un final anunciado, y aquellos que trabajan a diario con la muerte. “Se ocupan del tratamiento del dolor, me dice Vito, antes de entrar. Y estamos acá desde anoche, De anoche a hoy ella ya está peor”. “Los taxis no llegan porque el Tornú sigue siendo un hospital de tuberculosos. Y porque la escuela de policías, allá a unas cuadras, sigue siendo la cárcel de las putas de Buenos Aires”
La pluma de Ana López nos regala una novela que conmueve, con una prosa de altísimo nivel. No es otra historia de hospitales, es una gran historia narrada con la elegancia de los talentosos.
Tornú (2015)
Autora: Ana López
Editorial: Textos Intrusos
Género: novela
Se el primero en comentar