Por Pablo Méndez
La ambigüedad tiene mala prensa. En esa indefinición que ostenta es donde radica su importancia conceptual. Porque la indefinición es en sí una definición. Los Bárbaros es una revista con formato de libro, un libro con la periodicidad de una revista. En esta edición doble que tiene como editora invitada a la escritora argentina Tatiana Goransky, la revista se especializa en la temática noir. Cuarenta y dos cultores del género escribieron para darle forma a la ciudad de Nueva York. Una de las mecas culturales del mundo visitada como referencia o como anhelo ficcional. Para conocer un poco del origen de la revista y entender lo que esta última edición doble de Los Bárbaros les deparará a los lectores, debemos saber nació en marzo del 2014 y por sus distintas emisiones han pasado alrededor de 200 escritores. Su director es el escritor peruano Ulises González, que ha conseguido mas de una docena de ediciones, siempre con un tema determinado que los escritores deben desarrollar.
El género negro no escapa a la ambigüedad antes mencionada. Lejos del clasicismo detectivesco, hoy en día el género ha abierto sus puertas, se ha fusionado con otros géneros, contempla otras variables que lo alejan del dogmatismo de otras épocas. Es así como los cuarenta y dos escritores que han prestado su pluma para este número especial de Los Bárbaros responden a esta apertura. La heterogeneidad de los textos fundamenta el género. Para hacer paradigma de la ambigüedad. Porque sabemos que cuando los límites se corren, las cosas se vuelven mas arriesgadas, más interesantes. Por eso, es mejor ir directo al contenido.
En “Cabman” de Ricardo Romero, un taxista y un turista intercambian opiniones sobre Buenos Aires y Nueva York en un viaje con destino incierto. “Cama” de Tatiana Goransky es un diálogo entre una primera y tercera persona que juegan en una trama en la que Ignacia solo tiene ganas de tomar tres blisters enteros de pastillas. En “Crimen por encargo”, Eduardo Goldman le imprime fantasía a un género que presume de realismo para crear una historia circular en las calles de La Gran Manzana. “Hyde” es una versión de Jordi Llobregat sobre la clásica historia de Stevenson, donde la violencia es una simple inmolación del espíritu humano. En “La gran vida”, María Inés Krimer muestra cómo la amistad es un sentimiento de fuerzas que se tensan, que hace evidencia de lo que falta o de lo que sobra, el complejo algoritmo de la soledad. Mariano Quirós nos muestra en “Hasta el puente” la desidia y la preocupación de un hombre al emprender un camino cargado de obstáculos para llegar al lugar donde su suegro amenaza con suicidarse. “Erótica” de Laura Gomara narra la historia de una trabajadora sexual en busca de un nuevo horizonte con vista a Nueva York. “Noir” es una historieta creada por Bef que permite ver cómo un escritor es intervenido por la historia que escribe. Raúl Argemí crea un prototipo de Quijote mundano, ajusticiado por su propia ingenuidad. “Hank” es un poema/cuento de Carlos Salem sobre la hermandad del escritor y holograma de un compañero particular. “La nena” es un relato de Carlos Bassas del Rey sobre un feminicidio a través de la búsqueda de justicia de una madre. En “Lejos de casa”, Empar Fernández enumera con registro de crónica los detalles de un secuestro. Sebastián Chilano narra en “Lucy” la historia de dos peones tarantinescos de la mafia bajo el profético destino de un viaje. Miranda, empleada doméstica, intenta ponerle fin al acoso de su jefe en “El cuartito” de Graziella Moreno Graupera. Miguel Barrero narra en “En la habitación contigua” los instantes previos en que un hombre comprueba la posibilidad de su asesinato. Rodolfo Santullo retrata las consecuencias de una foto en “ Un pub en la 70 y la 36”. Un joven santiagueño termina en la villa 31 como servil amigo de un dealer en “Casas más, casa menos” de Guillermo Orsi. Angelique Pfitzner plantea un amor prohibido en una distopía de cuerpos artificiales en “Pasajero 947”. El mundo del boxeo se ve reflejado en las trampas de las apuestas en “La memoria del hambre” de Horacio Convertini. Una cuchillada y la esperanza de que aparezca “La ambulancia negra” en el relato de Rosa Rivas. “Nuevayor” de Gustavo Forero es un reflejo del anhelo de cruzar la frontera en busca de una vida mejor. El personaje de “El silencio de tanto tiempo” de Mercedes Rosende transita los pasos posteriores de la tragedia. En tres viñetas, Iñaki Echevarría nos muestra el efecto narrativo del comienzo perpetuo en “Viernes 7 A.M.”. En “Me estoy muriendo” Carlos Quilez desmenuza los pensamientos de un hombre en su último aliento. Un periodista retrata el asesinato de un referí y ex boxeador en “Las cosas inalcanzables del tercer hombre” de Hugo Fontana. Una carrera mortal en un juego cuya virtualidad no se desentiende de la realidad: “Life Eternal” de Santiago Álvarez. En “La llamada” Bibiana Candia cuenta la extraña situación que vive un carcelero mientras espera su relevo. “Cerca de la coronada” de Xavier Borrell Campos deja constancia de las atrocidades de la dictadura franquista. Fernando López conquista el cuento policial de pistas y descubrimientos de tintes borgeano en “El enigma de las cuatro plumas”. “Shit happens” de Enzo Maqueira nos interna en las cloacas del suburbio para dar vida a sus lúmpenes característicos. El mundo de Edgard Alla Poe se mezcla con los delirios de una madre en “La casa de Poe” de Antonia Huertas. “La sombra de Anubis” de Pablo Martínez Burkett cruza el policial clásico con la mitología de las sectas antiguas. Un recuerdo traumático regresa en el medio de la fantasía sexual de un hedonista en “Látex de carne” de Laura Más. El delirio de una hombre que extraña vivir y morir en Nueva York es el argumento de “(Siempre) Pandora” de Román Sanz Mouta. Jordi Ledesma propone el nacimiento del término Hip Hop en “NY 1968-2018”. “La destrucción de Caperucita Roja” de Matías Bragagnolo podría ser un spin off de su primera novela Petit Mort, donde el cine snuff es el principal protagonista.En “La inevitable muerte de Chano el Rata” un victimario recrea su delito. Pedro Medina León narra las peripecias de una joven cubana en “Yaneira”. La falta de luz toma ribetes existenciales en “El apagón” de Julián Troksberg. Un cuerpo en descenso brusco desde las alturas mientras la ciudad continúa latiendo, eso es “Isla olvido” de Álvaro Baquero-Pecino. Mercedes Giuffré retrata la obsesión de un policía que no asume su separación matrimonial.
Los Bárbaros se presentará esta tarde en la librería Eterna cadencia. Una revista-libro que expone un fresco de la escritura de género negro en su máxima expresión con autores de distintos puntos de Iberoamérica.
Los Bárbaros (2018)
Autores: varios
Género: cuentos/historietas
Complemento circunstancial musical: