Por Coni Valente
1
Ahora estoy despierta. Es de madrugada. Hay cerveza y tengo un libro entre mis manos. Es flaquito, flaquísimo. Es poesía.
Todo es una mierda en rojo fuerte. Suena Tom Waits de fondo y voy a leer frenéticamente. Quiero sentir en el cuerpo lo que Lozano me propone. Siento que es un libro vivo, que duele y que lastima. Pero me gusta.
2
Pasaron las horas. Dormí un poco. Leí más. Llegué a la mitad. “Miro como el agua corre por el cordón de la esquina de mi casa y arrastra hojas, papeles y una botella que tiene la etiqueta gastada por el sol. El agua también arrastra mi mirada”. Leo esos pasajes de la más pura cotidianidad que Lozano me enrostra y noto como los delinea con cierta desilusión en el final y cómo los remata con lo poético de cada una de esas situaciones sinsentido que nos circundan.
3
Este pequeño libro es como una sucesión de fotografías en blanco y negro que me pegan en la cara cuando menos lo espero. Cada una de las diapositivas es como una pitada larga del pucho que me fumo mientras empino el último vaso. Esas insignificantes bocanadas que en cada respiración se vuelven gigantes. Eso me transmite: lo enorme que hay detrás de la nada.
4
Avanzo y la botella está vacía. Siento el agobio en cada palabra y encuentro en cada segmento la mixtura tan cruda que Leandro escupe cuando me habla de todos esos elementos inanimados que rodean nuestro propio ser con la capa más profunda de la significación de la soledad que eso representa. Estamos solos en este mundo, encerrados en nosotros mismos y no podemos hacer nada con eso. Todo es puro desaliento.
5
Ya es madrugada profunda. Me siento intensa. Sigo tomando lo que queda en mi heladera y llego hasta “Trato de poner orden, dentro y fuera de mi cuerpo”. Creo que Leandro intenta trazar una línea entre dos puntos que empieza y termina en el mismo lugar, pasando por cada una de las emociones que nos construyen. Pienso: tiene razón: son todas una mierda.
6
Estoy sola conmigo misma y los pensamientos corren, fluyen como agua bajando de la montaña. Es una corriente que no puede detenerse. Mana como sangra explotando en una herida. Eso me dicen estos poemas atípicos: andamos por el mundo sangrando, juntando heridas que intentamos cicatrizar con todos esos placebos que nos ofrece el capitalismo.
7
Sobre el final, Lozano me canta. Canta desde el papel “Oh, that was so real”. La realidad, la puta realidad que nos envuelve, nos empuja a responder y a decidir todo el tiempo. A embriagarnos, drogarnos, coger sin freno, buscando evadirlo todo, no sentirlo al mismo tiempo que lo sentimos. Inevitablemente.
- Es el cierre. Puse Jeff Buckley en Spotify y no apareció nada. Lo escucho en YouTube. Lloro. Eso buscaba con “Todo es una mierda”. Llorarlo para exorcizar. Me agoto, estoy agotada. Cambio el rumbo y escucho a Ricky Espinosa, cantante de Flema muerto. https://www.youtube.com/watch?v=ZhDt3f37CmM
Cuando era niño sonreía con facilidad
mientras crecía desbordaba felicidad
mi confundida adolescencia quedó atrás
y ahora todo es una mierda y nada más
me entretenían los dibujitos de la TV
también Piluso y Coquito, superhéroes
ya con la cara con mil granos me fastidié
y ahora todo es una mierda y nada más
cuando subía a mi triciclo, yo estaba bien
cuando salía a andar en bici, yo estaba bien
como no pude tener auto, viajaba en tren
y ahora todo es una mierda y nada más
para mi es una mierda y nada más
y ahora es una mierda y nada más
para vos es una mierda y nada más
para mi es una mierda y nada más
la política es una mierda y nada más
la vida es una mierda y nada más
el negocio es una mierda y nada mas
todo todo es una mierda y nada más.
Él lo dice en cada acorde y Lozano en cada palabra. No podemos escaparnos, no hay forma de huir de nosotros mismos. La muerte nos espera y debemos amigarnos aunque el camino sea todo sufrimiento y resistencia.
Al final, vamos a reventar. Igual.
Todo es una mierda (2015)
Autor: Leandro Lozano
Editorial: La Polla editorial
Género: poesía
Excelente amiga. Me lo vendiste, aunque disienta con vos diciéndote que no todo en esta vida es una mierda. Nuestra amistad por ejemplo.