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Reseña #895- Como árboles mudos

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Por Pablo Puel

En 2018 la editorial Mil Botellas publicó Matrimonio à la mode y otros cuentos, una antología de cuentos de Katherine Mansfield, quien es, sin dudas –en la línea de Chejov y Joyce, entre otros–, una de las renovadoras de la cuentística moderna. Un año después vuelve a la carga con otra joya literaria de la misma autora. Se trata de En la bahía, la nouvelle publicada originariamente en 1922 y reeditada ahora con una nueva y lograda traducción a cargo de Mariángel Mauri (obra que fuera traducida alguna vez nada menos que por Leonor Acevedo, más conocida como la madre de Borges). 

En la bahía se ubica dentro de esos textos de carácter atmosférico en donde no hay una disposición de “hechos” que se acumulen en una dinámica de causa y efecto, en un despliegue temporo-espacial de jerarquía ascendente, con el sentido apuntando hacia el final como único campo gravitacional; como si el segundo paso  se devorara al primero y el tercero al segundo y así sucesivamente. La nouvelle de Mansfield está estructurada en trece capítulos sin continuidad de acción, sin recuperación del hilo de la trama; la mayoría de ellos, incluso, con una autonomía de cuento. Por ejemplo, aquel capítulo donde la señora Fairfield y su pequeña nieta Kezia hablan de la muerte, hasta que esta última descubre que la charla, que había empezado como un entretenimiento, la lleva a la desesperante e inaceptable conclusión de que el tema las implicaba: ella y en especial, su amada abuela, van a morir. La escena se cubre de una ternura que gana vuelo y solidez en el contraste melancólico con nuestro destino trágico. O aquel otro en el que bastan el espacio de un lavadero y un juego de cartas para disparar la fuerza imaginativa de un grupo de chicos, abriendo una especie de tiempo muerto, habitado sólo por la gratuidad lúdica de la niñez. 

La destreza de cuentista sienta las bases donde hacer pie y saltar hacia una arborescencia que escapa del territorio más propio de lo breve –cabría la discusión, que excedería el espacio de esta reseña, sobre si se trata efectivamente de una nouvelle o de un cuento largo o de un relato, y cuáles son las diferencias y similitudes entre unos y otros.

El dibujo del devenir del libro, más allá de que se desarrolle en el transcurso de un solo día, desde la primera hora de la mañana hasta la última de la noche, no es, en su concepción profunda, el de una línea recta, horizontal, sino más bien el de un archipiélago de tramas conectadas, no por un brazo argumental avistado en la superficie, sino por lazos subterráneos de sentido. 

No es casual que el libro empiece con una larga descripción de la bahía Crescent. La bruma blanca,  el mar, un pastor, las ovejas, unas cabañas, un viejo perro ovejero. Mansfield demora la entrada de los personajes principales (la familia Burnell y sus allegados) como si quisiera alcanzar el centro rodeándolo, envolviéndolo en un entorno significativo. Ahí dentro estarán los personajes imbuidos en una dinámica de roles como débiles fachadas, de sueños libertarios y de realidades conservadoras, asfixiantes. Ahí estará Linda Burnell, cargada de sentimientos contradictorios que desmontan la idea extendida en aquella época (¡y aún hoy!) del destino acabado y feliz de la mujer en el matrimonio y la maternidad. Ella dedicaba todo su tiempo a su marido, el transparente, trabajador y pueril Stanley. “Y las horas que le quedaban las  pasaba sumida en el espanto de tener hijos”. O Jonathan Trout, su cuñado, casi un espejo masculino de Linda, que no se siente un hombre orgulloso y satisfecho con el trabajo con el cual mantiene a su familia; por el contrario, se pregunta: “¿cuál es la diferencia entre mi vida y la de un preso común y corriente?”. Los dos personajes (a los que habría que sumar a Beryl, la hermana menor y soñadora de Linda) están, además, hermanados en el anhelo postergado de huida. ¿Postergado por qué? ¿O por quién? Tal vez, en el fondo, estos seres sean, también, como esos árboles con los que se describe a sí mismo un monte apesadumbrado: “Somos árboles mudos, erguidos en la noche, implorando sin saber qué”.

En la bahía (2019)

Autora: Katherine Mansfield

Traducción:  Mariángel Mauri

Editorial: Mil Botellas

Género: nouvelle 

 

Complemento circunstancial musical:

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