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Reseña #842- Tres libros y una mujer

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Por Coni Valente

Tres libros y una mujer: Mirta Ovsejevich. Dos novelas y una compilación  de cuentos. 

La autora denota en sus obras una intensa necesidad de decir, de contar historias que trasciendan a sus propios personajes y que nos hagan entender emociones más que palabras. 

Su primer libro, Solo pido que sea presentable, fue publicado en 2015 y desde ahí no paró de entregarnos su literatura. 

Matar a los testigos es un libro de cuentos publicado en 2017 y se trata de una compilación de relatos que abordan el comportamiento humano en situaciones adversas, cuando no queda más que decidir si rendirse o continuar. Mirta no centra su narración en lo racional de la escritura sino que pone el foco, y se nota, en el sentir de lo que cuenta. Logra transmitir con sus palabras las emociones de quienes están inmersos en esos momentos apremiantes. La autora trabaja con la tensión constante pero no deja abierto el suspenso al final, lo resuelve de forma contundente y de ese modo logra resignificar cada una de las historias. 

Quiero tener todas las noches esos sueños es una novela que Mirta público en 2018 y tiene carácter autobiográfico. En sus 84 páginas mezcla ficción con realidad y apela al recursos de rememoración para relatar su pasado desde su presente. Lo esencial en esta narración está vinculado a comprender el contexto en el que se dan cada una de las situaciones porque justamente eso nos hace reconstruir dos historias: la de la protagonista y la de la Argentina. El uso de la primera persona siempre consigue que cada palabra suene con más fuerza y este caso no es la excepción. 

Gstaad, 1996 es otra novela publicada por la autora también en 2018 que trata de un adolescente que desea salir de su zona de confort, que quiere ser el arquitecto de su futuro y en medio de esa búsqueda, crece y se vuelve un adulto y luego un anciano. Otra vez encontramos presente en la historia el dilema de vivir y cómo lidiar con todo aquello que implica avanzar porque no queda más remedio 

En todos los casos, la constante de Mirta es su humor irónico, su forma de contar amable pero con sarcasmo, pero no en exceso, lo suficiente como para sacarnos sonrisas en medio incluso de las peores desgracias. Los personajes de Mirta son  extremo creíbles más allá de que sus características pueden ser bizarras en algunos casos. Narra desde el detalle, los describe con minuciosidad, logra que podamos verlos como si fueran fotos. Y no solo ahí radica su maestría al escribir, sino que lo más destacado de la escritura de ovsejevich es, sin duda, la forma en la que consigue hacernos sentir lo que esos protagonistas sienten. Relata la extrañeza de una manera simple y con humor, lo provoca en los lectores algo así como una tensión constante pero al mismo tiempo una atracción casi voraz. 

Ovsejevich no es delicada para escribir, es cruda, directa y contundente. Sus palabras tienen una fuerza suprema que se plasma con un humor irónico bien manejado. Mirta, en cualquiera de sus versiones, demuestra que su interés principal es aquello que hacemos las personas al vivir: lo que nos hace humanos, lo que intentamos ser y no podemos, lo que queremos demostrar con nuestras acciones, las decisiones que no tomamos y hasta los actos más insignificantes de la cotidianidad. Es como si quisiera descubrir el significado de la vida toda y analizar todo aquello que la constituye pero desde el costado  que moviliza. 

Matar a los testigos (2017)

Editorial: Kintsugi

Género: cuento

Quiero tener todas las noches esos sueños (2018)

Editorial: Del Dragón

Género: novela

Gstaad,1996 (2018)

Editorial: Del Dragón

Género: novela

Autora: Mirta Ovsejevich

 

Complemento circunstancial musical:

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