
Por Karin Grammático
En 1974, la científica soviética, Ludmila Zhuravlyova, descubre un planeta menor –el n°2238– al que bautiza “Bunke”. Ese mismo año, pero del otro lado de la cortina de hierro, en la soleada California, Patty Hearts, una adinerada joven estadounidense, es secuestrada por una organización radical de ese país. Síndrome de Estocolmo mediante (o no) se reconvierte en guerrillera. A tono con su nueva vida, la muchacha elige un nuevo nombre para ella: Tania. Distintas formas de homenajear a Tamara Bunke, mejor conocida como Tania, la única mujer que integró el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, comandado por Ernesto “Che” Guevara, y que murió en esa gesta revolucionaria, en agosto de 1967.
Casi cincuenta años después de aquellos reconocimientos, María Pozzio hace el suyo con Al menos flores. Las muchas vidas de Tamara, su primera novela. Sin la pretensión obsequiosa de festejar la excepción y alejada de los fulgores del bronce de la Historia, Pozzio ofrece su escritura diáfana para narrar la vida intensa y breve (apenas treinta años) de una mujer que se animó a desafiar mandatos y dudar de sus convicciones.
En Al menos flores la biografía de Tamara/Tania se construye a partir de las muchas geografías que habitó y los detalles de su cotidianeidad. De las vacilaciones que la afligían y los amores vividos; de sus alegrías y decepciones. De la culpa. De las historias sobre Rosa Luxemburgo que le contaba su madre antes de dormir. De su admiración por Zoya, la partisana moscovita que eligió el nombre de Tania para combatir a los nazis, y que ella hizo propio cuando decidió subir al campamento Ñancahuazú. No hay panteón, no hay discursos grandilocuentes, no hay tono de epopeya en esta novela. Es, simplemente, la historia de una joven de los años sesenta que quiso cambiar el mundo y actuó en consecuencia. Y ese es uno de los méritos de la pluma de Pozzio: dar con una escritura que acompaña de manera justa al personaje y su historia (la que la autora quiere contar), y que logra retratar de igual manera una época crucial del corto siglo XX. Porque la época, en esta novela, es contexto y también protagonista.
Por último, una advertencia para quienes se adentren en Al menos flores: no encontrarán allí una cándida pedagogía del pasado, sino la posibilidad de imaginar futuros de dignidad, como el que imaginó Tamara en sus muchas vidas.
Al menos flores. Las muchas vidas de Tamara (2020)
Autora: María Pozzio
Editorial: Malisia
Género: novela
Complemento circunstancial sonoro: