Por Marcelo Rubio
La historia dentro de historia es lo que un buen escritor persigue. Pablo Pujol da cátedra de ello en su novela Cajas Chinas.
Pujol no tenía en mente escribir una novela, trabajó la historia como un guión de cine. El proyecto fue rechazado por el Instituto de Cine, y gracias a ese rechazo decidió escribir Cajas Chinas, la novela, y compartirla en el mundo literario. La obra atrapa de principio a fin, no hay respiro, y cuando el lector cree saberlo todo, un nuevo giro, una nueva historia lo sorprende. A medida que se avanza en la lectura podemos descubrir un arsenal de relatos, una yuxtaposición de hechos que marcan el ritmo de la novela.
Hay que destacar el diario personal que corre en paralelo a la novela, y que nos permite comprender el talento del protagonista, Ezequiel Gauna. Una mención especial para los personajes de Barrabás y Fonseca, dos pesados cuyo recorrido en la novela adquiere detalles de altísimo nivel. Las referencias al cine y el humor ácido son pequeños detalles que el autor sabe dosificar.
Esta novela inquieta al lector y lo invita a no abandonar la lectura. No adelantamos nada de la trama, el juego propuesto en un marco de novela negra es ir descubriendo cada historia. Igual que con las cajas chinas, uno nunca sabe cuál es la última. Y cuando llega a la última (en este caso, cuando se llega al final) uno no puede menos que pedir una nueva novela de Pujol.
Cajas chinas (2017)
Autor: Pablo Pujol
Editorial: Malisia
Género: novela
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