Por Pablo Méndez
1- Lujuria. A Johnny le calienta la posibilidad de coger con una embarazada. Y así lo demuestra no solo en el baby shower donde no desea estar, también cuando Marina, su ex novia, le cuenta desesperada sobre su embarazo que él ayudará a hacer desaparecer. Johnny es Merca, es el único protagonista y carga sobre sus hombros cada detalle de la novela de Loyds. Porque la linea argumental flamea por constantes inquietas: el devenir de los escapes del mundo real no tienen otra intención más que aspirar y coger. Y la prosa suspendida y veloz del autor increpa al lector con las variantes que propone el arco sexual: es eyaculación precoz, es la rigidez de un pene ante la exploración de una desnudez nueva, es sudor desagotado de un cuerpo excedido, es la displicencia que genera la culminación en un orgasmo. Loyds arma cada oración con potencia desmesurada, imprimiéndole un tiempo frenético que cae hasta el reposo de una narración expectante, con la incertidumbre de lo que vendrá.
2-Pereza. Los personajes abundan en lugares comunes de clase. Esa forma de dejadez social pertrechada en los años noventa y que en el libro son signos de alcurnia contemporánea. Los boliches de moda, los celulares inteligentes, los autos de alta gama, patio Bullrich, el champagne como merienda, la chacra los fines de semana: amuletos concretos o simbólicos que sostienen a las criaturas de la novela como marionetas que se exponen bajo mandatos establecidos. Jhonny hace que trabaja, se levanta después del mediodía sin otra responsabilidad más que la de esperar la noche y las dosis de merca necesarias para atenuar los restos del día.
3- Gula. A medida que transcurre la historia, con la habilidad de un gourmet, Loyds nos engorda con raciones suculentas de información. Todo es demasiado en Merca: Johnny empasta su nariz con la mejor frula, que es la del peruca; llena sus fosas nasales hasta agotar stock. Porque su boca no es la que recibe alimento, su nariz famélica es la que se apacigua con el oro blanco que siempre tiene en la guantera del auto. Y, paradoja al margen, el relato nos lleva de las narices, sin contemplación; la lectura es inmediata, devoramos con la urgencia del vicio, leemos sin parar, de un saque.
4- Ira. El autor planta debajo de la trama simulacros de tensión. Todo el tiempo nos dejamos impactar por la oportunidad de explosión del párrafo que nos espera. Porque así como Johnny resguarda en su interior un odio por todo lo que lo rodea, un sentimiento condensado sin que se exprese su origen, nos advierte en cada paso la posibilidad de sacar a la luz la bestia que lo carcome por dentro, una bestia sentada sobre sus pensamientos que espera por mostrar los dientes.
5- Envidia. Es inevitable pensar que todo lo que Johnny detesta, inconscientemente es lo que anhela. Y los contados elogios que propina hacia su contexto, meditan sobre sus imposibilidades, sobre aquello que no puede hacer y desgrana en halagos que mutila antes de que se expresen, que solo recorren sus pensamientos, encerrados, porque debe mantener una posición de jerarquía sobre los demás. Y así transita, en una meseta de cocaína, una repetición esquizofrénica que busca una sensación que dejó de ser placentera. Porque quiere lo que no puede tener, aunque desde un punto se piense que lo tiene todo.
6- Avaricia. Johnny escamotea su merca, porque es la mejor, porque no le gusta compartir. El es el único destinatario de lo que ha conseguido. Con recelo contempla la probabilidad de que sus amigos le pidan dinero, de que le pidan favores, de que le pidan su merca. A la única que ayuda es a Marina, en una situación extrema, sin escatimar en gastos, pero solo porque su desinterés por el mundo solo se quiebra cuando entra en escena Marina.
7- Soberbia. Johnny es Juan, pero nadie lo llama así, y eso lo sabemos al promediar la mitad de la novela, por su hermano, al que considera un imbécil. Johnny tiene calificativos para todos, e ubica a los integrantes de su contextos debajo de sus zapatos. Merca es un manifiesto de la seguridad: un personaje que ostenta una certeza artificial sobre todo, un autor con una prosa tan firme que involuntariamente deja al lector en su poder. Ambos lanzan un anzuelo del que es imposible escapar.
Loyds es periodista y escritor. En los últimos años vivió entre Argentina y España. En 2006 publico Minimaloyds, su primer libro de poesía. Merca es su primera novela.
Merca (2014)
Autor: Loyds
Editorial: Alto Pogo
Género: novela
Muy buenos comentarios ! si lo encuentro por zona sur, lo compro. Buen dia