“Y se dedicó a besar a Kaede, a dejarle bocas tatuadas, rojas, en el cuello, lentamente, reponiendo la pintura en sus labios cuando el color de las marcas desvanecía”
Texto: Silvina Gruppo
Ph: Isabel Gruppo
Ella es versátil, delicada, de movimientos breves y certeros. Domina las palabras para hacernos creer que sueña, que canta, que cuenta, que pronuncia poesía. Se adorna con detalles mágicos, sabores nuevos y objetos que llegan de lejos. Es pálida, sutil y a la vez exuberante. Se aprovecha de las sombras y la penumbra para sugerir lo que no puede verse. Se viste para forzarnos a adivinar lo que oculta y se muestra desnuda fingiendo que es por accidente. Así es la novela Hotaru de Sancia Kawamichi. El texto mismo es una geisha fascinadora de lectores. Nos subyuga de placer y dolor, nos despliega lo privado de la alcoba y nos lo violenta con los embates del terrorismo de estado.
El erotismo, con sus delicias y tabúes, es el principio que domina el mundo del adentro. Los espacios íntimos, como el camarote del barco y la habitación en el refugio Montonero convertido en hogar, fomentan el encuentro de los cuerpos deseantes. Hay atracción y un rechazo confuso. En casi todas las escenas de sexo alguien participa quedando relegado. Uno escucha ruidos en la habitación contigua y se imagina el encuentro amatorio. Otra espía a la pareja con más ganas de ser vista que de ver y luego se castiga con éter o se deja picar por las hormigas. La más linda se emborracha o se droga para estar a merced de quien la va a amar desmayada. Al perder el conocimiento, es protagonista y a la vez ausente de una escena de la que se enterará por carta, o por los rastros en el cuerpo. Y hay un gran ignorante que parece no notar nada de lo que pasa a sus espaldas. En la lengua como en el sexo, confía en las traducciones falseadas que le hace su novia.
La trama se tensa con el goce de la consumación y con el odio, los celos y el placer sufriente de los que no participan, pero presencian o guardan un secreto. A este nudo íntimo, se le suma el cruce con un afuera capaz de destruirlo todo y de transformar este texto en una novela negra. Afuera corre sangre, desaparecen personas y se pierden las certezas. El erotismo, permitía un foco cercano en donde hasta lo más exótico se volvía familiar, pero en el afuera se hace un quiebre, una distancia, por eso es un hallazgo narrativo que cambie el punto de vista: aparecen personajes intrascendentes (una mujer que espera el tren, un empleado de estación de servicio, un camionero) a los que el narrador se pega para mostrar de lejos, mal conjeturados y ajenos a los personajes que conocemos desnudos. La dictadura, sinónimo de horror, está condensada en un señor correcto, dueño del poder político y económico, que hace de su fuero doméstico no un terreno de erotismo, sino de perversión. Los cuerpos, en dominio de la dictadura, no pueden ser más que carne dispuesta para la tortura, el abuso y la muerte.
Hotaru (2014) (Ganadora del Concurso Extremo Negro- Ban 2014)
Autor: Sancia Kawamichi
Editorial: Del nuevo extremo negro
Género: novela
Perfecto y preciso análisis de ina gran novela.