Por Valentina Vidal
El poemario de Javier Roldán La extraña dama (Alto Pogo, 2015), es como un caleidoscopio por dónde se pueden observar las diferentes texturas de una tragedia griega. Y no hay tragedia sin amor. Desde Esquilo hasta Eurípides todo la acción trágica se suscita en una manifestación del Eros; ya sea ésta hacia sí mismo, hacia al padre, la madre, el hermano, los hijos; al conocimiento de la verdad o, como en el caso de Prometeo, a los hombres. Las tragedias de Sófocles son, esencialmente, historias de una fatalidad en el amor. Y para ello, Javier Roldán llama a sus propios cristales de colores: “La extraña dama”, telenovela Argentina del año 1989, protagonizada por Luisa Kulliok y que le da el título al poemario, “Gravedad” protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney (2013) inspiran un poema, “Lo que el viento se llevó” uno de los clásicos más famosos de la historia del cine (1940), protagonizada por Vivien Leigh y Clark Gable, tiñen varios versos de épica, y Alex de Flashdance (1983), protagonizada por Jennifer Beals, que planta la bandera del deseo.
Roldán toma estos canales narrativos como fuerza de choque y los metamorfosea de una manera hipnótica y sutil. En el poema “Con un resplandor más intenso que la luz del día” que forma parte de la primera parte del poemario “El viento prometido” y en clara referencia al film de 1940, Roldán desgrana el simbolismo del amor romántico y lo inyecta en versos repletos de honestidad:
-¿Pero si ocurre lo contrario, Rhett?
¿Si al salir de este callejón ardiente resulta que vos estás más terco que nunca y yo y mis dudas te llevamos al paroxismo del hartazgo
Y ya no soportás mi desorden
Las inconstancias
La pose infantil que comienza a ser un poco patética?
¿Y si las llamas deciden dejar de lado el lugar
común
de la purificación
y nos ensucian?
Cada uno de nuestros recuerdos chamuscados
Manchados con hollín
Negros los bordes
Despidiendo ese olor agrio dulce
De las cosas muertas quemándose.
¿Qué pasa Rhett si al salir de ese fuego
Vos no sos el mismo
Y en un rapto de locura
Decidís abandonar el viaje
Dejarme en el camino
Librada a mi propia suerte
Con el argumento de que soy
La persona más egoísta del mundo
Que no necesito a nadie que me proteja
Que ¡ay del yanqui que se tope conmigo!?
“Si eso pasa, amada Scarlett
Habrá llegado el momento en esta película
en que aparezca un increíble atardecer techni-color
como esos atardeceres que nunca tendremos
y que buscaremos toda una vida”
En la segunda parte, titulada “Es cosa de mujeres”, el poema que abre la sección es “Gravedad”, y me resultó tan llamativo como sugerente la forma en la que logra describir los filamentos de un vínculo que ondula entre la duda y el naufragio:
“¿Qué es lo que más te gustó de estar acá conmigo? Te pregunto.
“El silencio” decís. “Vos me enseñaste a disfrutar del silencio”
Y cuando estoy por responderte
Que tus ojos son la superficie
En la que he visto más galaxias reflejarse
La voz metálica de Houston resuena en mi escafandra:
“Recuerden que tienen un problema”
Entonces bajo la vista
Y veo que el problema es esta cuerda
Que aún nos mantiene unidos
De traje espacial a traje espacial
Y que se resiste a ser cortada
Más allá de cometas
Más allá del agua congelada en los polos de la luna
Te digo:
“Houston, ¿me copia?”
Pero no todo el poemario camina por estos canales. Cada uno de los ocho poemas que componen este libro de Javier Roldán, abrigan su propia epifanía y planean en ala delta por espacios tan delicados como son las relaciones familiares y amorosas desde la mirada de quien las vive con intensidad, percepción y creatividad. De momento, la extraña dama nos invita a mirar sus tragedias por un caleidoscopio y logra un pacto de lectura irresistible. Será tiempo de asomarse por el visor y dejarse llevar.
La extraña dama (2015)
Autor: Javier Roldán
Editorial: Alto Pogo
Género: poesía