Por Pablo Méndez
Hasta encontrar una salida, primer eslabón del catálogo de la flamante editorial Cía. Naviera Ilimitada, y tercera novela del escritor Hugo Salas, construye mediante el cruce de dos historias, los espacios que merodean al esquivo deseo.
En las primeras líneas nos golpea la primera referencia, Ana Karina, nombre de la protagonista, que nos remonta a la actriz fetiche y esposa de Godart, Anna Karina, aquella cuya ambigua representación estética hipnotizó en el esplendor de la Nouvelle Vague. Pero la Ana de Hasta encontrar una salida, no resiste las posibilidades del glamour sofisticado del cine francés de los años setenta, es solo una mujer acomodada, esposa, madre y profesora universitaria, con la ostensible abulia de no sentirse satisfecha con su contexto. Pero en esta novela nada es lo que parece, porque con habilidad narrativa la trama se enturbia, el status quo se embarra pertinentemente con naturalidad, sin los golpes de efecto del marketing editorial. Ana es una investigadora de sus instintos subterráneos, y sin pudor, recorre aquello que la invita a someterse a la tiranía de su deseo: ser swinger o cogerse a un pendejo. Pero esta historia es solo uno de los caminos ya que la segunda parte del libro vincula a los personajes más velados en la primera y los desarrolla. Jeff, un yanqui otrora actor de cine porno, se vincula con alejo en una relación con varias capas de intensidad. Pero a estos dos capítulos que trazan dos perspectivas -componentes de un gran ensayo ficcional sobre el deseo-, se le suma un epílogo donde nos sorprende con otra capa mas de significación que completa el universo argumentativo. Los actores de reparto del libro (Licia, Patricia y Jorge, Carter) se acoplan como hologramas de las inflexiones de los protagonistas.
Con la precisión de un buen guión de cine, los dos capítulos se encastran llenando los espacios elididos en cada uno, mientras que el epílogo funciona como una escena post créditos que nos encauza en otra versión del sentido que pudimos darle. Una construcción que hace dialogar el entramado narrativo por debajo de sus líneas, otorgándole un recurso cíclico que nos deja con la moraleja agria pero con el suficiente peso existencial para comprender el devenir de las acciones de los personajes.
Hay una frase del libro que funciona como metáfora perfecta: Hoy el mundo se ha vuelto un lugar decepcionante. Y nosotros vivimos aquí con el único propósito de custodiar nuestra insatisfacción. En pocas palabras somos el faro vigía que nos preserva de aquello que no podemos controlar, una luz que nos aleja y nos pierde en lo circunstancial.
Hasta encontrar una salida (2018)
Autor: Hugo Salas
Editorial: Cía. Naviera Ilimitada
Género: novela