Por Julián Lucero
Mientras leía la obra de Eloísa Suárez, pensé constantemente en lo arriesgada que es la tarea del escritor y en los obstáculos con los que se topan muchos de ellos para construir un texto, en determinados géneros, como intento de llegar al lector de manera efectiva. A veces no se trata de alcanzar un punto o barrera e ir más allá, traspasar, superar. Arriesgar, implica también, toparse con impedimentos, trabajarlos, establecer vínculos; dormir con los enemigos. Como lectores, el instante en que percibimos esas conciliaciones, fruto de un trabajo más que arduo, es cuando empatizamos, disfrutamos de los personajes, sus acciones y situaciones y nos dejamos llevar. Reflexionar sobre la escritura y sus vericuetos es una, de las miles de formas, de disfrutar la lectura.
Puntada sin hilo es una colección de cuentos policiales plagado de elementos que magnetizan a los que disfrutamos del género. Escuché a un periodista explicando que lee, mayoritariamente, policiales extranjeros (franceses y suecos) porque no hay muchos autores argentinos que escriban policiales. Remarcaba en que la escasez de material subyace en que, en los policiales, el héroe es un detective o policía honesto, figura, según sus palabras, inexistente en nuestro país. Eloísa Suárez construye perfectamente situaciones enigmáticas e inquietantes en realidades demasiado familiares. Un cura, un jefe, un gremialista o un vecino pueden cometer crímenes. Una señora de noventa años y una vecina chusma, resolverlos. Partiendo de estas cuestiones, que algunos piensan tan lejanas o irreales, nacen situaciones dramáticas, cómicas, ácidas, muy nuestras. Muchos autores de policiales utilizaron personas del montón como héroes. En estos momentos se me viene a la mente el grupo de aficionados de “El caso de los bombones envenenados” de Anthony Berkeley. La efectividad de estos cuentos radica en la manera en que se toman elementos formales que se corresponden a la lógica, se los significa y se los apropia.
El elemento macabro, lo brutal, en esencia o disfrazado, aparece en todos los relatos, así como también los hechos insólitos, repentinos. Símbolos que por un instante ponen la piel de gallina y de los que, todo buen policial, no puede prescindir. Víctimas estranguladas en recintos pequeños, asfixiantes que esbozan sonrisas o gesticulan demoníacamente; decapitados cuyas partes quedan a disposición del salvajismo que no se limita únicamente al crimen, también lo trasciende. Robos perpetuados que desatan desesperación, enferman, desnudan realidades que otros no quieren ver. Sonidos que vienen del sótano, sombras que engañan.
Puntada sin hilo es un recorrido que parte del planteo de situaciones enigmáticas al que sólo se accede mediante la lógica, palabra laberíntica. Siempre hay responsables ambiciosos, malvados, entidades con necesidad de cometer un acto que conlleva pérdidas. También están los que buscan responsables, que pueden o no estar implicados. A veces la verdad se mimetiza con el discurso y no caemos en que estamos leyendo al criminal, porque no es tan claro como la voz que suena en 1280 Almas de Jim Thompson. La primera persona despoja su discurso de elementos incriminatorios y nos confunde. Estamos frente a otro factor inherente al género policial, la sorpresa y que Suárez presenta en su obra con creatividad y precisión. Las premisas o pistas convergen en un determinado personaje o hecho y nos engatusa, sugiere que la raíz de la problemática está al alcance de nuestras manos, cuando es una tradición dentro de este género literario engañar, apuntar a otro lado, vaciarnos de razón para hacernos adictos, enamorarnos y mantenernos en esta línea.
Los diez relatos son un paseo nostálgico por obras de grandes autores del género negro; son una prueba de la capacidad de manejar recursos para escribir historias inquietantes, que nos mantienen cautivos y nos hacen pensar; son un testimonio de que, como lectores, podemos estimar una obra porque el autor se juega a través de las palabras que une y de los textos que se consolidan, arriesga y no podemos de dejar de sentir otra cosa más que gratitud por este motivo.
Puntada sin hilo (2016)
Autora: Eloísa Suárez
Editorial: La idea fija
Género: cuentos