Por Pablo Méndez
Hay temas, escenas, circunstancias que nos obligan a transitar la idiosincracia argentina: un verano con cortes de luz, el calor suspendido en la exageración de las fiestas navideñas y de fin de año, y la familia, por supuesto, como el mercurio que explota en la punta de un termómetro. Marina, madre de dos hijas pequeñas, transita una soltería y los albores de nuevos encuentros amorosos bajo los ritos sagrados que intentan no desvirtuarse pero que enturbian todo lo que tocan.
Como cualquier historia donde la familia es tema y consecuencia, el presente y el pasado se unen en un monólogo interior: un grito ahogado que se agiganta cada vez que es contenido. En ese realismo, en esa perpetuidad de los vínculos, la historia se nos encarna indefectiblemente y nos envuelve en un clima de cercanía que rastrea nuestra propia experiencia. Tomassoni desconstruye socialmente la arquitectura familiar para poner en eje la divergencia de un entramado demasiado sumido a un ser social determinado, al costumbrismo asolador, a lo cotidiano como una mecha prendida a la espera del próximo estallido.
La espesura se filtra en lo microscópico, y allí la autora arma su prosa, directa y precisa, en la densidad de los hechos, donde todo tiene un peso propio y además simbólico. Sin llegar a la fábula de vida, al mensaje encriptado impuesto a presión, Leche merengada, corroe desde su latencia, determina los lugares comunes que mantenemos de generación en generación, como un cuadro biológico que también es un mapa de la historia argentina.
En el goteo de escenas familiares que transcurren como un circo de fenómenos conductuales, la novela espeja los deseos, la represión, la conscripción a costumbres inalteradas: un grotesco que no traiciona la dicotomía del ser: lo que anhelamos, por un lado, lo que debemos, por otro.
Marina en cada acto u omisión transita en la correspondencia exclusiva que significa el arte de sobrevivir a cualquier situación que se le presente. Tomassoni esquiva el arquetipo con habilidad, crea personajes pintorescos, hasta bizarros, para crear un fresco familiar y social como una crítica feroz de la tradición. El calor, la navidad y las relaciones interpersonales: un ambiente rulfiano de cepa autóctona.
Leche merengada (2016)
Autora: Paula Tomassoni
Editorial: EME
Género: novela
Complemento circunstancial musical: