Por Julián Lucero
Los relatos de Jerónimo Tosi, con su crudeza, negrura y acidez, no se pueden encasillar en un estilo específico. No parecen perseguir una clasificación o tienen como objeto ser identificados. Durante su lectura se percibe libertad, frescura, accionares desprejuiciados. Las palabras parecen salir de la mente de un niño inocente, ingenuo, pero también tremendo, siniestro y perverso.
El verbo incursiona en el horror, a veces valiéndose de elementos fantásticos como ocurre en «El cóndor pasa» y otras simplemente apelando a planos reales, solapados con aberraciones que leemos o vemos en los noticieros, como ocurre en «Heredarás los restos», en «Opuesto a la vergüenza» o en «Mi nombre es día».
El verbo desarrolla historias de vida, experiencias tan bien descriptas que resultan palpables, que se remontan al interior del país por su fisonomía, por sus paisajes y escenarios. «Uri» posee un ritmo anecdotario, de recuerdo, de leyenda y fantasía.
El libro se sortea en las miserias disfrazadas de vida y en el potencial de la felicidad. La muerte puede ser felicidad, la estructura familiar puede ser felicidad, una vida maltrecha y miserable puede ser felicidad. «Orgasmos fuertes» cuenta en pocas palabras una historia de amor grotesca, una vida infesta que se podría comparar con una espora perdiendo sus capas en el momento indicado, quedando desnuda para ser feliz.
El verbo es literatura experimental, es un autor jugando, divirtiéndose. Leer esta obra fue pasar por Criaturas celestiales de Peter Jackson y llegar a La Ciénaga de Lucrecia Martell. Fue rememorar las escenas lésbicas, la trama femenina y retorcida de Bound (Sin límites en Argentina), la primera película de las hermanas Wachowski. Fue recordar a Alicia y su país de las maravillas de Lewis Carrol y pensar en muchos cuentos de la genial Silvina Ocampo. Fue Bret Easton Ellis, fue Puig y un poco de Cortázar. Y es en esta diversidad y en su difícil cohesión, en la que me baso para aseverar que la literatura de Jerónimo Tosi es particular, el choque de múltiples formas y el resultado explosivo de una intención de originalidad. Quienes conozcan la literatura que menciono y las referencias cinematográficas, quienes anhelen la no linealidad en una obra, tienen que leer este libro.
El verbo (2017)
Autor: Jerónimo Tosi
Editorial: Severled
Género: cuento